tag:blogger.com,1999:blog-48759650432708590732024-03-21T08:15:12.822-07:00camino de idacarlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.comBlogger38125tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-51011302125899614092015-01-11T16:59:00.001-08:002015-01-11T17:02:46.826-08:00El amor es el crimen perfecto(Com este poema arranca el muevo libro, que publicará en unos meses Ya lo dijo Casimiro Parker)<br />
<br />
El amor es el crimen perfecto<br />
<br />
Porque no le importa dejar huellas<br />
y está siempre sembrado de ADN.<br />
Porque tiene en nómina a los detectives,<br />
a los criminales y a los jueces,<br />
(y creo que les paga mucho menos a los jueces).<br />
<br />
Porque sus cadáveres nunca mueren del todo<br />
y resucitan ante otros ojos, inéditos,<br />
para volver a morir,<br />
de amor, dentro de un tiempo.<br />
<br />
Porque antes de matar estafa,<br />
con sonrisa de ángel o banquero,<br />
y hace sentirse alto al más enano,<br />
y que nos veamos guapos<br />
los que nos sabemos feos.<br />
<br />
Porque te apuñala siempre en el mismos sitio,<br />
y los adictos/barra/ adictas/<br />
hacen cola para su chute de subidón<br />
con destino al precipicio.<br />
<br />
Porque es un cronófago<br />
al que no le importa ser coprófago<br />
si has dejado que tu vida<br />
se convierta en una mierda.<br />
<br />
Porque inventó a los poetas, a los suicidas,<br />
a las putas, y también,<br />
para que alguien saliera ganando,<br />
a los proxenetas.<br />
<br />
Porque nunca se arrepiente<br />
y usa las banderas de tregua como pañuelos.<br />
<br />
Porque olvida direcciones, nombres y números de teléfono,<br />
pero cuando te descuidas te acorrala una noche<br />
y te deja desnudo y a solas con tus recuerdos.<br />
<br />
El amor a una mujer, a un hombre, a un hijo,<br />
a un club de fútbol, a una idea,<br />
a una mascota o a un planeta,<br />
que te lo quita todo sin permiso<br />
y te da a cambio<br />
el humo de una promesa<br />
junto a una ventana abierta.<br />
<br />
El amor es el crimen perfecto,<br />
porque ha estado matándome toda la vida,<br />
y todavía consigue que le abra la puerta,<br />
y lo siente a mi mesa,<br />
y lo tumbe en mi cama,<br />
y lo reciba<br />
como se recibe al viento,<br />
a las buenas noticias,<br />
y a esa bala entre los ojos que llevo años mereciendo:<br />
<br />
con una sonrisa resignada,<br />
una copa en cada mano,<br />
<br />
y los brazos<br />
bien abiertos.<br />
<div>
<br /></div>
carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-789351100569368052011-06-27T04:12:00.000-07:002011-06-27T04:12:29.631-07:00Eñe. Revista para leer - Nº 26. Hoteles. Mil aventuras | Amor e higiene en la Pensión Tristante<a href="http://www.revistaparaleer.com/revista-ene/parrafo/337">Eñe. Revista para leer - Nº 26. Hoteles. Mil aventuras | Amor e higiene en la Pensión Tristante</a>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-65388545797498679652011-06-18T03:33:00.000-07:002011-06-18T03:33:10.311-07:00http://www.revistaparaleer.com/noticia/2011/06/14/noticia-de-ultimo-minuto<a href="http://www.revistaparaleer.com/noticia/2011/06/14/noticia-de-ultimo-minuto">http://www.revistaparaleer.com/noticia/2011/06/14/noticia-de-ultimo-minuto</a>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-39353221906763082382011-03-22T08:36:00.000-07:002011-03-22T08:36:54.888-07:00el huevo izquierdo del talento: Dos citas impostergables. Pasa todas las semanas, ...<a href="http://elhuevoizquierdodeltalento.blogspot.com/2011/03/dos-citas-impostergables-pasa-todas-las.html?spref=bl">el huevo izquierdo del talento: Dos citas impostergables. Pasa todas las semanas, ...</a>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-58872238745890751822011-03-14T05:03:00.000-07:002011-03-14T05:03:56.974-07:00Matar y guardar la ropa: Con Argemí y Orsi, en Clarín<a href="http://mataryguardarlaropa.blogspot.com/2011/03/con-argemi-y-orsi-en-clarin.html?spref=bl">Matar y guardar la ropa: Con Argemí y Orsi, en Clarín</a>: "Los referentes del policial español son argentinos y están inéditos en el país Están premiados y traducidos en el resto de Europa: son..."carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-6182241631040627362011-02-13T10:03:00.001-08:002011-02-13T10:03:31.291-08:00El Experimento Azul, nº 7<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG2nl_vHkP4F9C0ocwPjdH4ykq6yJMUse6HtTS6OVlXxGazGaAc5kMxjn90p14BbD5SL6ri5ttHO80dBrgFz5hxqB_vr6BtOYcx4RLAyr2dhVAWGS-TRSF00ealZxmjJOqKsyhJ2m5pqE/s1600/fer_vane_red1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" h5="true" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiG2nl_vHkP4F9C0ocwPjdH4ykq6yJMUse6HtTS6OVlXxGazGaAc5kMxjn90p14BbD5SL6ri5ttHO80dBrgFz5hxqB_vr6BtOYcx4RLAyr2dhVAWGS-TRSF00ealZxmjJOqKsyhJ2m5pqE/s320/fer_vane_red1.jpg" width="300" /></a></div>Querido diario:<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">Decidí buscar la ayuda de unpsicólogo, para que me ayudara a comprender lo que me ocurre con el <em>Ghost Trick</em> de <strong>Nintendo</strong>, el juego que llevo un mes probando y me ha cambiado la vida. La ha cambiado para mejor, porque peor no podía ir. Creí que al bucear en mis recuerdos podría también recordar en qué momento dejé de ser un niño prodigio para convertirme en un fenómeno de feria. Y me bastó una sola sesión para comprender que la moderna psicología puede ser la solución a todos mis problemas. Cierto es que el terapeuta tardó un poco en sintonizar conmigo, y que le molestó bastante mi exigencia de que saliera a comprar una pipa y una barba postiza, pero es que cuando hay que hacer las cosas, hay que hacerlas bien. Cierto también que aunque la pipa se asemejaba bastante a las que he visto fumar a los psicólogos de las películas, la barba que el noble facultativo pudo obtener en la tienda de disfraces de la acera de enfrente, era más propia de un lobo de mar que de un experto en almas. Pero lo resolvió comprando también un paisaje marino de dudosa calidad artística, pero tan realista que por momentos salpicaba. </div><div style="text-align: justify;">-Hábleme de usted -me sugirió cuando estuve tendido en el diván.</div><div style="text-align: justify;">-¿Es que le he tuteado, doctor? No es propio de mí tomarme esas confianzas.</div><div style="text-align: justify;">-No, que me hable de su vida, de sus anhelos, ¡de su infancia, hábleme de su infancia!</div><div style="text-align: justify;">- La infancia, doctor, fue ese tiempo en el que todo era dulce, hasta los azotes de mi padre…</div><div style="text-align: justify;">- ¿Cómo dice?</div><div style="text-align: justify;">- Sí: papá trabajaba por entonces en una pastelería y gustaba de pegarme con sacos de azúcar.</div><div style="text-align: justify;">-Eh-h, y ¿qué es lo primero que recuerda de su infancia?</div><div style="text-align: justify;">-Primero estaba flotando en un líquido tibio. Luego, una sensación de girar y girar y girar… que se detuvo de pronto y la luz lo inundó todo.</div><div style="text-align: justify;">-¿Recuerda su nacimiento?</div><div style="text-align: justify;">-¿Qué nacimiento? Es que mamá, como buena primeriza, se hizo un lío y me metió en la lavadora junto con mis ropitas…</div><div style="text-align: justify;">-¿Y está seguro de que fue un error? -murmuró el terapeuta.</div><div style="text-align: justify;">-¿Qué quiere decir?</div><div style="text-align: justify;">-Nada, nada. Siga contándome.</div><div style="text-align: justify;">-Nada especial. Como la situación económica era tan precaria, mis padres me cambiaron con unos vecinos por una lavadora. No funcionaba, pero al menos, como dijo papá “uno sabe que es normal”. Pero en cuanto me empecé a comer el detergente, los vecinos deshicieron el trato.</div><div style="text-align: justify;"><em>-“Rechazo paternal”</em> -murmuró el psicólogo mientras apuntaba en su libreta. Y luego agregó-: <em>“razonable, si se conoce al paciente”.</em></div><div style="text-align: justify;">- En todo caso, doctor, desde muy pequeño se destacaron en mí las cualidades de sagacidad e intuición que habrían de convetirme en escritor de novela negra. Lo mío siempre fue la investigación. Cuando algo se perdía en casa, ya fuera la vuelta de la compra, la dentadura de oro de la abuela, o la pierna ortopédica de mamá, siempre recurrían a mí para encontrarlo. Y lo encontraba, ya fuera en los bolsillos de papá, o en el monte de piedad que había a pocos metros de casa, tras entregar el correspondiente resguardo hallado en los cajones de la mesita de noche paterna. Mi padre se enternecía tanto por ese olfato de sabueso precoz, que me palmeaba afectuosamente las posaderas, tal vez con cierto exceso de energía. </div><div style="text-align: justify;">-Hábleme de su primer amor…</div><div style="text-align: justify;">-Era bella, era elegante y suave, pero al mismo tiempo, fría y distante, como si me ignorase…</div><div style="text-align: justify;">- Natural- dijo entre dientes el doctor.</div><div style="text-align: justify;">-…y comprendí que lo nuestro era imposible cuando le arranqué la ropa.</div><div style="text-align: justify;">-¿Qué, qué? ¿Cuántos años tenía usted?-Nueve. Ya, no me lo diga. Mamá también se enfadó y dijo que no tenía edad para jugar con las Barbie de mi hermana.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El silencio detrás de mí me hizo volver la cabeza y advertí que mi terapeuta padecía de un curioso tic en ambos ojos, además de temblarle el pulso. No hice observación alguna sobre el hecho de que se estuviera comiendo la barba postiza, porque con esas nuevas dietas de moda, nunca se sabe. </div><div style="text-align: justify;">-Pero lo que realmente marcó mi vida es un hecho más reciente, y temo que aún no lo he superado, doctor. ¿Se lo cuento?</div><div style="text-align: justify;">Creo que asintió, aunque como estaba hincando de rodillas en el suelo, rezando mientras se daba goles en el pecho con una estatuilla de bronce, pensé que sería de mal gusto insistir:</div><div style="text-align: justify;">-Creo que Getrudis, mi ex novia, me engañaba.</div><div style="text-align: justify;">-¿Po-por-qué lo sospechaba?</div><div style="text-align: justify;">-Uno no será un hombre de mundo, pero siempre me pareció extraño que su consejero espiritual viniera a domicilio y la confesara en nuestro cuarto, a puerta cerrada…</div><div style="text-align: justify;">Detrás de mí se escuchó un gemido ahogado, algo así como “pordios,másno”, y aunque no soy particularmente religioso, me alegré de que mi terapeuta lo fuera, ya que el asunto estaba relacionado:</div><div style="text-align: justify;">-Además, una noche que entré de pronto en el cuarto y vi al sacerdote desnudando a mi novia, he de admitir que desconfié…</div><div style="text-align: justify;">El sonido se hizo más agudo.</div><div style="text-align: justify;">-…hasta que el confesor me dijo que pertenecía a la Teología de la Liberación y Getru necesitaba ser liberada. </div><div style="text-align: justify;">Mi terapeuta comenzó a comerse su bigote, aunque era natural.</div><div style="text-align: justify;">-Pero lo que en realidad me desvelaba, doctor, eran los gemidos y aullidos que ella soltaba durante las confesiones. Cuando el santo hombre comenzó a venir acompañado de otros cuatro colegas, supe que lo de mi novia era grave, y pese a que me mandaron a buscar hielo y cigarrillos, supongo que para que no me preocupara, supe que mis peores sospechas eran acertadas.</div><div style="text-align: justify;">El silencio recibió mis palabras.</div><div style="text-align: justify;">-A la mañana siguiente le dije a Claudia:<em> “a mí no me engañas y desde anoche lo tengo claro: tú has sido poseída”.</em> ¿Sabe lo que me respondió?: <em>“no sabes tú bien cuánto. Pero poseída, poseída, poseída.”</em> Yo le dije que no se preocupara, que tratara de olvidarse de todo, y para demostrarle que la comprendía, fui al video club y alquilé<em><strong> El exorcista</strong></em>, y…</div><div style="text-align: justify;">Una corriente de aire llamó mi atención y al girar la cabeza no vi a mi psicólogo. La ventana estaba abierta y me asomé. Ahí estaba, sobre la delgada cornisa de la planta 15.</div><div style="text-align: justify;">-¡No me diga nada, no pienso bajar de aquí en mi vida!- Gritó-. ¡Sólo de pensar que me puede tocar otro como usted! </div><div style="text-align: justify;">-Venga, hombre- le dije-. Precisamente usted debería saber que casi todo problema tiene solución. Además, no hemos hecho más que empezar. Imagine todo lo que descubriremos juntos durante las sesiones venideras. Estoy dispuesto a seguir la terapia con su sabia guía durante todo el tiempo que sea necesario, meses, años, décadas si es preciso. </div><div style="text-align: justify;">Comenzó a llorar y supe que mis palabras lo emocionaban. Insistí:</div><div style="text-align: justify;">-Venga doctor, no puede quedarse inmovilizado en este punto de su vida. ¡Es la hora de dar un paso adelante!</div><div style="text-align: justify;">Me miró. Sonrió. Y dio el paso.</div><div style="text-align: justify;">Seguía sonriendo mientras caía. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El entierro fue conmovedor, estaban todos los psicólogos de la ciudad. Yo me mantuve a distancia respetuosa, y para pasar el rato superé una nueva etapa de<em> Ghost Trick</em> sentado en una tumba soleada. Escuché que los psicólogos comentaban:<em> “ha venido el loco del videojuego”,</em> pero no lo relacioné conmigo, desde luego, e imaginé que mi buen amigo <strong>David Torres</strong> había acudido a ellos en busca de ayuda para superar su incapacidad para avanzar en el<em> Ghost Trick.</em></div><div style="text-align: justify;">Allí estaban, querido diario: todos los psicólogos de Madrid. Pero, por extraño que parezca, ninguno tiene espacio en su agenda para seguir mi tratamiento. </div><div style="text-align: justify;">Me temo que hay más gente con problemas psicológicos de lo que pensaba.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-31911538261181186772011-02-11T00:55:00.001-08:002011-02-11T00:55:37.747-08:00El experimento Azul nº6Querido Diario:<br />
<br />
Mientras mi cuarto sigue ocupado por mi ex, Gertrudis, y su nuevo novio senegalés, Bnamhmwammboo, he aprovechado para salir de casa armado con mi <b>Nintendo DS XL</b> y el <i>Ghost Trick</i>, el juego que en las últimas semanas ha ocupado mi mente y mis energías. Ha sido un acto de rebeldía ante la prepotencia de Gertrudis: vale que se mudara a mi casa porque la han echado de la suya a causa de los excesivos ruidos amatorios que producía con el moreno; pase que además trajera consigo su colección de 258 relojes de arena. Pero al ordenarme que me ocupara de darles “cuerda” regularmente dándoles vuelta, Gertru despertó al indomable rebelde que dormía en mi interior. Y sin que me temblara el pulso, mientras ellos de ocupaban de escandalizar a mis vecinos, salí andando de puntillas y no dudé en pagarle un buen diner al ucraniano que está pintando en la casa de al lado, para que se ocupe de los relojes. <br />
Ya sabes: los cobardes no escriben la historia querido diario.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcPAxdcLF9tURj0rh1Y2clsrXXIcMPR_4ecdsMCLZu4YWK5FFrX4kVj36Ayw_I8Ay5gOUEzrdystALeeC1kEE2MWRRD7TKoV2RKlbXx7KFHGWfk-a78d1nWYcczMz0hHu3iClHF795xR4/s1600/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left:1em; margin-right:1em"><img border="0" height="196" width="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcPAxdcLF9tURj0rh1Y2clsrXXIcMPR_4ecdsMCLZu4YWK5FFrX4kVj36Ayw_I8Ay5gOUEzrdystALeeC1kEE2MWRRD7TKoV2RKlbXx7KFHGWfk-a78d1nWYcczMz0hHu3iClHF795xR4/s400/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg" /></a></div><br />
<br />
<br />
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Y aquí estoy, en este vetusto locutorio dotado de ordenadores que deben datar de la infancia de Bill Gates, por lo menos. Pero libre, como mi corazón.<br />
Reviso mi correo electrónico. Algo interesante. En una nota anónima alguien me agradece las noches encendidas de sensualidad, enumera una por una las acrobacias sexuales realizadas, y anhela nuevas locuras sin final, aunque propone que la próxima vez podríamos dejar de lado lo del látigo de nueve colas y lo que llama la refinada pero un tanto exasperante técnica de la miel y las hormigas, <i>“porque luego me siguen las moscas durante semanas”</i>. Lo firma un tal Manolo y apunto mentalmente que debo prohibir a Gertrudis que siga dando mi dirección de e-mail para recibir mensajes de sus amantes. Además, nunca quiso hacer lo de las hormigas conmigo. <br />
¡Por fin! Respuesta de la agencia de relaciones a la que acudí para buscar a mi media naranja, <i>“o fruto sucedáneo más o menos digerible”</i>, agregué en mi carta de presentación. Tampoco hay que ser tan exigente. Me comentan en su mensaje que han seguido los pasos habituales y tras introducir en su banco de datos mis preferencias en materia de relaciones, los requisitos que debe cubrir mi posible compañera, las exigencias intelectuales y físicas y los deportes que quisiera compartir con ella, por fin han obtenido resultados. Se disculpan por el retraso, pero argumentan en su favor que han tenido que renovar el personal varias veces debido a las renuncias en masa provocadas por mi gestión y agregan que ¡la han hallado! Responde, me dicen, punto por punto a mis peticiones, parece creada para cumplir mis sueños, desde los más tiernos hasta los más perversos. Lo malo, me informan, es que esa variedad de iguana de las regiones árticas, se extinguió hace por los menos 20.000 años. Suspiro. Siempre pensé que no había nacido en la era adecuada. <br />
No puedo seguir llorando porque suena mi teléfono móvil y es la mi agente literaria, que me pregunta, con el respeto que le provoca el valor de mis escritos, que <i>“cómo has sido capaz de escribir una bazofia de tal calibre”. </i><br />
- Me alegro de que te guste -digo<br />
- Lo que me gustaría es pagarte una lobotomía, pero sería dinero tirado, porque no creo que con medio cerebro puedas hacerlo peor.<br />
No contesto nada, porque ya estoy habituado a su fino sentido del humor cuando se refiere a mí, aunque a lo de dejarme encerrado en el balcón de la agencia, a ocho pisos de altura y durante todo un fin de semana, la verdad, no acabé de encontrarle la gracia.<br />
- ¿Cómo te manejas con el correo electrónico? -pregunta.<br />
- Regular. Siempre me hago un lío al pegarle los sellos, pero no volveré a intentarlo con la lengua, que la última vez casi me electrocuto. <br />
-Olvídalo -suspira-. El caso es que te he remitido varios e-mails de lectores que han llegado a la agencia a tu nombre. Seguro que son insultos, así que mejor los respondes tú.<br />
Ha colgado y me apresuro a abrir el archivo remitido bajo el título de <i>“para el memo”</i>. <br />
El primer e-mail promete: <br />
<i>“Querido Carlos: detrás de tu aparente imbecilidad congénita he detectado una sensualidad sin límites y una sensibilidad que me excita. No importa que tu ex, Gertrudis, ese pendón desorejado, sea incapaz de valorar tus atractivos. Me llamo Valeria y estoy dispuesta a cometer contigo todas las locuras posibles y algunas por inventar. Como sé que eres hombre al fin -o algo parecido- y que el físico os importa mucho, te diré que he sido reina de belleza en varias ocasiones, y que más de un poeta ha perdido la razón por mis encantos. Cuando quieras, lo que quieras, cómo quieras, siempre tuya, Valeria.</i><br />
<i>PD: No creas que soy la típica tonta inexperta que luego se echará atrás cuando llegue el momento. Tengo experiencia, y no en vano este mes he cumplido 115 años. Te envío dos fotos mía, desnuda, desde luego. Una de cuándo fui Miss Liguero 1907, y otra, también desnuda, de la semana pasada.”</i><br />
Le respondo de inmediato:<br />
<i>“Querida Valeria: es imposible resistir tu oferta, y menos después de ver las fotos. Pero por el momento, lo ajetreado de mi agenda me impide concretar nuestra cita de inmediato, por lo que te pido un poco de paciencia. 30 o 40 años, como mucho. Salvo que antes de esa fecha se invente la máquina del tiempo y pueda viajar a 1907. <br />
Tuyo, Carlos.”</i><br />
El siguiente es un ferviente admirador de mi talento:<br />
“<i>Salem, tío: Leo cada mes la revista y soy un forofo de tus relatos, aunque me indigna ver lo que tienes que pasar por culpa de Gertrudis. Olvídala, tío, no te merece. Vale que por lo que cuentas es guapísima, que tiene menos reparos morales que un ministro, y que sea insaciable en la cama. Vale que además, a juzgar por lo que cuentas, está más buena que un camión de quesos y que se debe saber de memoria todo el Kamasutra, y que… a propósito, ¿me podrías facilitar su teléfono o su dirección, para decirle todo esto a la cara? <br />
Un abrazo, Ernesto Cador de Piernas.”<br />
</i><br />
Respondo, agradecido:<br />
“<i>Querido Ernesto: Gracias por compadecerte de mí, es increíble la solidaridad que despierta mi caso, porque el tuyo es el e-mail número 23.437 que expresa esa comprensión y se ofrece para recriminar en persona a Claudia su actitud. Para evitar aglomeraciones, he creado una lista de espera en la que procedo a apuntarte. Como todo indica que la demora será considerable, te envío en documento adjunto la foto y dirección de una buena amiga, Valeria, que sin duda sabrá hacerte agradable la espera.”</i><br />
<br />
Hay muchos e-mail más, de lectores de mis libros, y debo responderlos todos .Pero a modo de resumen diré, para la amable lectora Elsa Bañón Rojo, que no, que no tengo previsto esterilizarme todavía, aunque agradezco su ofrecimiento de correr con los gastos. Lo mismo vale para todos los particulares e instituciones que han realizado la misma oferta (453), y para los lectores que han tenido la gentileza de invitarme a su casa <i>“para demostrarle a mi mujer que yo no soy el más gilipollas de España”</i>. Lamentablemente no puedo ir a todos los sitios, como no puedo aceptar la invitación para viajar a la Antártida y escribir allí un ensayo sobre la incidencia de la fauna tropical en la decoración de interiores de los iglús. <br />
Lamento entonces no utilizar el billete de avión pagado -sólo ida- que me llegó por correo. <br />
Lo que no entiendo es por qué ese mensaje tenía como remitente la dirección de correo electrónico de mi agente.<br />
Basta por hoy.<br />
Ha llegado la hora de los placeres. <br />
Desenvuelvo un caramelo de licor, lo introduzco en mi boca y lo saboreo. Enciendo la Nintendo y me zambullo en el <i>Ghost Trick</i>. El protagonista está muerto desde que empieza el juego y debe averiguar quién y por qué lo ha matado. Y para hacerlo ,como es un fantasma, debe ir ocupando diferentes objetos que están a su alcance. El primer escenario es un vertedero y el detective se dispone a ir viajando por la basura.<br />
Desde luego, los hay con suerte.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-70592526669449930662011-02-09T04:27:00.001-08:002011-02-10T00:20:25.071-08:00El Experimento Azul, nº 5<strike></strike>Querido diario:<br />
<br />
Tras las extravagantes experiencias sufridas por haberme obsesionado con el <i>Ghost Trick</i> de Nintendo, he tomado las riendas de mi vida para devolverla a la normalidad,empuñando el timón de mi barca vital, y decidido a esquivar escollos con intuición digna del capitán del Titanic. Vale, no ha sido un buen ejemplo, ¿pero qué esperabas después de pasarme semanas deambulando por los tejados de Madrid para eludir los intentos de <b>Vanessa Montfort</b> y <b>David Torres</b> por apropiarse de mis avances en el juego del detective fantasma?<b></b><br />
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<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirVirw-Bs4sqzUem2Tyj2fi4llRXVFqf4uC5CXYk2EVmsL86OAR2RMebQqq7-sPSIy6HFEuZgRA-wohNnJgteFC5cZSY-JqpyFBTJQ_EppSir8eUl1lH6G3fwYEElxQhfL2HGDDltF43E/s1600/carlos+salem+azul%255B2%255D.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirVirw-Bs4sqzUem2Tyj2fi4llRXVFqf4uC5CXYk2EVmsL86OAR2RMebQqq7-sPSIy6HFEuZgRA-wohNnJgteFC5cZSY-JqpyFBTJQ_EppSir8eUl1lH6G3fwYEElxQhfL2HGDDltF43E/s400/carlos+salem+azul%255B2%255D.JPG" width="298" /></a><br />
No es que haya dejado de jugar pero sí he limitado el tiempo que le dedico a un número determinado de horas. <br />
Y esta mañana volví a disfrutar de las pequeñas alegrías que supone vivir en el sencillo y laborioso barrio de Lavapies. Salí a pasear y lo primero que percibí fue que el invierno está cediendo en su empeño de congelarnos. Casi podría decirse que la primavera ya está aquí. Lo descubrí esta mañana porque mi casera, la vieja señora Kowalsky, llevaba sólo un jersey de cuello alto con guantes y bufanda a juego, y un abrigo hasta los tobillos. En diciembre parece un ovillo de lana ambulante. Me saludó con un afectuoso escupitajo que un escritor como yo, habituado a las situaciones peligrosas, hubiera esquivado sin dificultad si la señora Kowalsky fuera ciega. Comprobé que sigue manteniendo su vista de águila y me alegré por ella. Siente verdadera devoción por mí desde que resolví -como pago de los intereses de alquileres atrasados- el asunto de las misteriosas desapariciones de su marido. Tras varias noches de guardia, la primera vez que no me quedé dormido a las nueve y media, descubrí que el pobre señor Kowalsky, nativo de Siberia, añoraba el frío de su patria, por lo que a medianoche se ponía su mejor traje, una flor en el ojal, y se refugiaba en la nevera. Me cobré las pesquisas con los intereses de cuatro meses de alquiler, y recomendé a mi casera que acompañara a su marido en su inocente fantasía. <br />
Lo malo fue que esa noche, cuando abrió la nevera, lo sorprendió en posición comprometida con una langosta del Báltico. <br />
Desde entonces, mi casera monta guardia con una escopeta dentro del refrigerador, y estuvo a punto de ir a la cárcel por el asesinato de una pierna de cordero que, seamos sinceros, iba provocando. Se salvó porque la policía no pudo hallar el cuerpo del delito. El asado me sentó fatal, pero los tiempos no están para rechazar invitaciones, Querido Diario, sobre todo si te la formulan con amabilidad y una escopeta de perdigones.<br />
Pero se acerca la primavera y me acerco al final del Ghost Trick, no como el febril jugador que fui hasta hace poco, sino como un responsable usuario de excelente artilugio dedicado al ocio y la superación. De modo que, bañado por el tibio sol de mediodía y sentado en una terraza de Tirso de Molina, apunto en un folio mis buenos propósitos a cumplir en breve: <br />
1)Dejar de beber.<br />
2) Dejar de fumar.<br />
3) Dejar de pasar interminables noches de lujuria con bellas mujeres insaciables. <br />
Recuerdo que en varias ocasiones he querido darme a la bebida y ella me rechazó. Además, mi economía sólo da para un tetra brick de Don Simón cada quince días y dos botellas de casera. No cuela. <br />
Tacho Dejar la bebida. <br />
El tabaco. Fumar es un placer, genial, sensual. Recuerdo a Nidia, a quien solía tararear la melodía de El humo ciega tus ojos y eso la hacía llorar. Me amaba con pasión hasta que le operaron de cataratas y dejamos de gustarle la canción y yo. <br />
Tacho Dejar de fumar. Para un vicio seco que tengo… Cavilo un par de horas sobre cuáles serán los vicios húmedos y concluyo que tendrán algo que ver con las tardes de lluvia. Descartados: me resfrío con facilidad. <br />
Dejar de pasar interminables noches de lujuria con bellas mujeres insaciables. Medito sobre mi vida sexual de los últimos meses, y en un arranque de sinceridad tacho el punto 3 de mi lista y escribo: Dejar de mentir. (Debo recomendar a mi amigo David Torres que haga lo mismo, ya que según he sabido, desde que escribió en su blog que había llegado al final del Ghost Trick, la gente lo señala entre carcajadas por la calle y hasta los han propuesto para desempeñar el cargo de Presidente Honorario de la prestigiosa ONG “Troleros Sin Fronteras”.)<br />
Suena el móvil en el preciso momento en que la pelirroja Lynne, en el juego, está a punto de dejarse matar otra vez, y tanto el detective espectral, Sissel, somos incapaces de salvarla. Debo atender el teléfono. Seguro que es Gertrudis, mi ex, que después de cuatro años, dos semanas, seis días y nueve horas de separación (tal vez sean diez horas, no es que lleve la cuenta), ha comprendido que no puede vivir sin mí. Si es así, ha tardado 57, 32 novios en descubrirlo, pero es que ella siempre fue muy de analizarlo todo con calma. No es Gertrudis, sino la directora de una revista que suele encargarme reportajes y cuentos porque dice que le recuerdo al hijo “que por suerte no tuve”. Espero que esté de buen humor, y cuando al descolgar me llama “organismo mononeurónico deplorable“, se que estoy en lo cierto. Cuando está enfadada me llama cosas peores y en esta ocasión, al menos me concede una neurona de crédito. Me amenaza amablemente con enviarme dos gigantescos albano-kosovares a partirme las piernas si no le envío esta misma tarde el cuento que me encargó. Cuelga y advierto que en la Nintendo DS, Lynne se ha salvado. ¡La hemos salvado! Pero, ¿cómo? A ver si al final tenía razón Gertrudis al asegurar que las mejores noches de pasión que pasó conmigo tuvieron lugar durante mis ataques de sonambulismo. Debo pensar en ello, pero antes necesito resolver lo del cuento. No sé en que parte del mundo queda Albanokosovaria, pero no hay que tentar la suerte. Camino hasta el quiosco. Necesito ideas y como todo creador contemporáneo, me dedicaré a la disciplina más usada: copiar descaradamente. Dudo. Por un momento creo que en lugar de mi kiosco habitual he caído en un bazar de todo a 100. Pero el dueño no es un chino, sino mi amigo el quiosquero, Pablo, poeta en los ratos libres y portero de discoteca para mitigar las noches de soledad y machacar alguna que otra cabeza. <br />
Veo colecciones de todo lo imaginable. Por 3,95 euros puedo iniciarme en el apasionante mundo de las ensaladeras en miniatura, o hacerme con trocitos de césped de los más famosos estadios de fútbol de Asia, o ¿por qué no? coleccionar bolsitas para emergencias de todas las líneas aéreas del globo, y entrar en el sorteo de una usada en su momento por Yeltsin, patrocinada por una marca de vodka; incluso podría lanzarme al desenfreno y hacerme, semana a semana, con una atrevida serie de fotos eróticas de la Reina Madre de Inglaterra. <br />
Pablo me mira como si fuera un marciano cuando le pregunto si en realidad la gente compra tantos coleccionables.<br />
—Tú es que vives en la luna, Salem. Si yo mismo estoy a punto de terminar mi colección sobre las variedades del papel higiénico a lo largo del mundo y de la historia. Viene con muestras certificadas, y cuando la acabe ¿sabes qué me regalarán?<br />
No quiero saberlo y huyo a casa. <br />
Vuelve a sonar el teléfono y esta vez sí es Gertrudis. Escucho con fingida indiferencia. Quiere volver a casa. No suplica pero le falta poco. Me hago el duro y la hago sufrir durante una buena fracción de segundo. Después cedo. Me da las gracias como antes, con la voz teñida de emoción.<br />
— Eres el gilipollas más sensible que he conocido.<br />
Y cuelga. Vendrá esta noche. <br />
Canto. Limpio mi cuchitril y bajo a recuperar el gato del patio. Al fin y al cabo, fue Claudia quien lo hizo embalsamar cuando vivíamos juntos. Vuelve. Esta noche. Soy feliz y no pienso dejar que las minucias estropeen el momento: no importa que su retorno se deba a que la han echado de su piso, ni que se mude a mi casa con su nuevo novio senegalés, ni que fueran sus gemidos amatorios provocados por el moreno la causa de su expulsión del anterior domicilio. Seguro que se lo trae por que le da pena el pobre inmigrante, Claudia siempre ha sido muy solidaria. Y de paso, para disimular que me extrañaba.<br />
Comienzo a empaquetar mis libros. <br />
Claudia me he dicho que haga espacio en los estantes, porque también se trae su colección fascículos y relojes de arena, y tendré que encargarme de hacerlos girar cada hora. <br />
Sólo son 258.<br />
Tengo tiempo porque Gertrudis y Bnamhmwammboo (en casa le dicen Tito) llegarán a la anochecer. Enciendo la Nintendo y me sumerjo en el Ghost Trick. Si me entreno lo suficiente, podré jugar con una mano, mientras con la otra voy volteando los relojes de arena.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-21418442630830689772011-02-01T05:25:00.001-08:002011-02-01T05:25:47.726-08:00El experimento Azul nº3<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbCFD8Dr0Eo5SDry2ckr7wPCef4R5yCrTTxov8malOCrhieAUic3OU9hcyRyaqQA0CZRafGyhndzgyMqEVfwNCQSA1l3nj-lWheFJorqla1rIoYyjZ4KNAcADRNygmsUwYHKqUB52C11k/s1600/EA-salem-fernando.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 301px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbCFD8Dr0Eo5SDry2ckr7wPCef4R5yCrTTxov8malOCrhieAUic3OU9hcyRyaqQA0CZRafGyhndzgyMqEVfwNCQSA1l3nj-lWheFJorqla1rIoYyjZ4KNAcADRNygmsUwYHKqUB52C11k/s400/EA-salem-fernando.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568711008051818882" /></a><br />El Experimento Azul, nº3 <br /><br /><br />Querido Diario:<br /><br />Al fin puedo decirlo en voz alta: ¡he superado la adicción que adquirí por el <span style="font-style:italic;">Ghost Trick<span style="font-weight:bold;"></span></span> de Nintendo! <br />Estaba harto de merodear por los tejados de Tirso de Molina, cargando a la espalda una placa solar para alimentar la consola, disputando con las palomas las migas que dejan las ancianas en los balcones y hay que ver los picotazos que pegan, las malditas (me refiero a las palomas y no a las venerables ancianas, querido diario); harto de lavarme cuando llovía y vestirme con lo que tomaba prestado de los tendederos (la última semana me refugié en los tejados de un bloque ocupado por estudiantes del programa ERASMUS y hay qué ver lo poco que abrigan y lo incómodos que resultan los tangas, que era lo único que las gráciles estudiantes de intercambio ponían a tender); minada mi autoestima de escritor emergente (cada vez que escucho esa definición imagino a un tipo con el agua al cuello y en puntas de pie y el tipo se me parece) a causa de mi debilidad por un simple -no tan simple- juego de misterio.<br />Vale que los gráficos son excelentes y los personajes tan delirantes que alguno hasta podría haber aparecido en una de mis novelas. <br />Y que la trama de Ghost Trick está bien urdida que, además de cumplir las pruebas necesarias para ir pasando de nivel, uno quiere saber qué ocurrirá después, quién mató al detective fantasma que protagoniza la aventura. Y que, sobre todo, uno necesita averiguar por qué ha regresado de la muerte. De acuerdo que la variedad de escenarios amplia tanto las posibilidades que el jugador se siente dentro de la historia, y que el humor de las situaciones ayuda a evitar topicazos y momentos falsos; y reconozco que en conjunto, el juego atrapa hasta hacer perder la noción del tiempo. <br />Pero entre nosotros, no es para tanto.<br />Comencé a saber que había perdido el control cuando fui entrevistado, en un tejado tapizado de recuerdos de los almuerzos de las aves migratorias y de las otras, por una periodista con ojos peligrosos que decía llamarse Laura. Como buen profesional ( es decir sin dejar de jugar mientras la atendía) respondí a sus preguntas sin perder de vista que acaso fuera una espía de mis compañeros-rivales-competidores-enemigos en el Experimento Azul, Vanessa Montfort y David Torres. <br />¿Que exagero, querido diario? <br />Pues no. <br />En estos días he aprendido mucho viviendo en el cráneo erizado de tejas de Madrid. Y te sorprenderá saber que la única paloma que mostró compasión y cierta amistad por mí durante ese exilio de azoteas, acabó confesado que había sido entrenada y seducida (me avergüenza explica aquí mediante qué métodos), por Torres, para espiar mis avances en el juego. Martina, que así se llama la paloma, una vez que logramos entendernos en su lenguaje de arrullos, comprendió la ruindad del plan de mi amigo (¿?), la bajeza que supone recurrir a ese tipo de estratagemas para sacar ventaja en un simple juego, y la poca calidad humana que hay que tener para planear algo así. Y acabó aceptando espiar a Torres en mi beneficio tras llegar a un acuerdo cuyos términos te ahorraré, que igual esto lo leen niños y no es plan.<br />Y en cuanto a Montfort, esa dulce y rojiza muchacha espigada, te diré que tengo la certeza de haberla visto asomada a la ventanilla de un avión comercial (que no low cost, la pelirroja tiene estilo), armada de unos binoculares e intentando vislumbrar desde lo alto mis progresos en las pantallas de Ghost Trick.<br />En ese dilema estaba, y sin poder dejar de jugar, cuando vino en mi ayuda el más inesperado de los aliados: el propio David Torres. <br />Ayer estaba yo huyendo de una banda de aparentes golondrinas que bien podrían haber sido pájaros robotizados teledirigidos por Montfort, cuando el azar (y las copiosas descargas orgánicas de esas golondrinas mecánicas seguramente fabricadas en Japón, hay qué ver qué realismo tenía la lluvia de caca) hizo que buscara refugio en un ático. Seguramente en el anuncio para alquilarlo lo habrían definido como un “Loft”, es decir que era un cuartito en la azotea sin paredes internas y con los muros decorados por algo que bien podría ser la obra de un pintor vanguardista de fama mundial o manchas de humedad de las de toda la vida. Un reflejo de la sofisticada vida moderna y el confort al alcance de todos en el nuevo siglo., Vamos, que podías cocinar sentado en el váter mientras te ponías moreno con el sol de invierno y sus tenues intentos, querido diario. Una vivienda tan reducida qué más de un poeta que conozco habría tenido que alquilar otra vivienda vecina para alojar su ego, porque ambos no cabrían. Una birria de casa. Pero con conexión wi fi a internet. <br />El ocupante no estaba a la vista y como allí todo estaba a la vista, deduje que habría salido en busca de un fotomatón para pasar en él la tarde y sentirse a sus anchas. <br />Las golondrinas cibernéticas de Vanessa se habían marchado y aproveché el wi fi para conectar mi Nintendo DS XL y buscar ayuda en la red. <br />No existe -aún- ninguna ONG de ayuda a los adictos al Ghost Trick. Tampoco en las páginas de acupuntura pude hallar indicios de medios milenarios para calmar mi ansia de seguir jugando. <br />Desesperado, escribí en el buscador el nombre del juego y la palabra “ayuda”. Le di al enter y esperé. El enlace me condujo al blog de David Torres y a una entrada reciente en la que hablaba de su experiencia con Ghost Trick. <br />Y en ella, Torres aseguraba haber llegado al final del juego y sin ayuda. <br />Recordé una llamada telefónica suya, durante la cual me ofreció dinero a cambio de explicarle cómo se encendía la consola, y cómo tuve que tranquilizarlo contándole que los personajes animados del juego son sólo imágenes y no pequeños seres coloridos que habitan la consola.<br />Volví a leer y el blog decía lo mismo: que mi amigo había terminado el juego solito y sin ayuda.<br />Y entonces empecé a reírme.<br />A reír sin parar.<br />A reír tanto que sentí cómo mi adicción se evaporaba.<br />A reír como un loco del chiste de Torres.<br />Y no pude dejar de reír, querido diario, hasta que regresó el ocupante del ático-LOT-cuartucho y llamó a la ambulancia y me llevaron a ese hospital y…<br />Pero eso te lo contaré mañana, Querido Diario. Porque lo que ocurrió después resulta difícil de creer.<br /><span style="font-weight:bold;">Además, la monja duerme y como se despierte, temo por mi integridad.</span><br />Mañana te cuento, querido diario.<br />Si es que llego a mañana.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-32286830805892592892011-01-21T01:23:00.001-08:002011-01-21T01:23:50.764-08:00El Experimento Azul, nº 2<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn_eMuA5CoC_AGg22Id29WIG0OeAP6OOw-w3Cima51UrbA432U7gPkbe16gafTW9tQOIfq0HbeZvNmy7oXpR_ww-9VNYbi9JwstViBwThvpjcDLfHAXarK1VGfRQo7r3LYmS2yw88U7lA/s1600/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 196px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhn_eMuA5CoC_AGg22Id29WIG0OeAP6OOw-w3Cima51UrbA432U7gPkbe16gafTW9tQOIfq0HbeZvNmy7oXpR_ww-9VNYbi9JwstViBwThvpjcDLfHAXarK1VGfRQo7r3LYmS2yw88U7lA/s400/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5564564512426817042" /></a><br /><span style="font-weight:bold;">Día 2:</span><br />Hace unos días, cuando <span style="font-weight:bold;">Fernando Marías</span> nos citó en su casa con aires de cardenal florentino en plena conspiración, para entregarnos las <span style="font-weight:bold;">Nintendo DS XL</span> y nuestros respectivos ejemplares del juego <span style="font-style:italic;">Gosth Trick</span>, <span style="font-weight:bold;">David Torres</span> me dijo:<br />-Ten cuidado, tío, que tú eres un loco de los gadgets y a ver si acabas enganchado…<br />Y <span style="font-weight:bold;">Vanessa Montfort</span> agregó, pelirrojamente:<br />-Dalo por perdido, David: el Salem es capaz de enviciarse hasta con el cambio de luces de los semáforos peatonales.<br />Maldije el día en que le conté mi debilidad hacia esos adictivos instrumentos del mobiliario urbano y las tardes perdidas esperando que el hombrecillo rojo o verde se pusiera amarillo. Hay cosas que nunca debes contarle a una pelirroja. <br />Fernando Marías no dijo nada, porque seguramente estaría ideando un nuevo experimento ciber literario, como encerrar a una docena de novelistas vapuleados con un crítico malicioso en un ascensor y retransmitír a todo el mundo por Internet lo que ocurra. Pensándolo bien, no sería mala idea: el programa podría llamarse: “<span style="font-style:italic;">Que yo no he sido, has sido tú”</span>, y como subtítulo: <span style="font-style:italic;">“Sólo puede quedar uno”</span>.<br />En fin, que ante la burla de mis compañeros de experimento brotó mi lado más salvaje y los insulté con dureza, sin cortarme un pelo. Los insulté en armenio. Y telepáticamente, por las dudas. Porque sospecho que Torres habla el armenio y no podría asegurar que Vanessa no ejerza de telépata en sus ratos libres. <br />Pero lo llevan claro si creen que me engancharé con Gosth Trick. Ja.<br />Una de mis compañeras de piso golpea a la puerta del baño y me dice que llevo tres horas y media dentro, que deje <span style="font-style:italic;">de jugar con la consolita de las narices</span> y salga de una vez, o se lo hará en el pasillo y me tocará limpiar a mí. De nada ha servido entrar con el Marca envolviendo la Nintendo con aire de llevar dentro una revista porno: me han pillado. <br /><span style="font-weight:bold;"><br />Día 3</span><br />El juego tiene su gracia: el detective muerto tiene que averiguar quién lo mató, pero ha perdido la memoria, por lo que antes tiene que saber quién era y qué buscaba cuanto estaba vivo. Como casi todos nosotros. Y para dificultar un poco más las cosas, tiene que estar constantemente salvando la vida de una pelirroja con coleta, que resulta ser una policía encubierta. Se la cargan. Siempre se la cargan, porque va provocando. Pero el detective puede retroceder en el tiempo cuatro minutos, los mismos con que cuenta para intentar salvarla. Si pudiera retroceder cuatro minutos en el tiempo, corregiría muchas cosas de mi vida. Como cuando la dije a Fernando que contara conmigo para el <span style="font-weight:bold;">Experimento Azul</span>. (Entre nosotros, estaba convencido de que la cosa consistía en probar alguna nueva especie de viagra de efecto permanente, pero no).<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Día 4:</span><br />Mis compañeras de piso llaman a mi puerta y dicen que han cocinado un guiso de madre y que si quiero comer. Digo que ya voy, para ganar tiempo. Pero no me engañarán. Vivo en un piso compartido, en Lavapiés. Hay gente en el mundillo literario que cree que poso de escritor maldito, pero maldita la gracia que me hace, a mí, que nací para tener una piscina climatizada en el dormitorio y un jacuzzi en la biblioteca. Mi vida me recuerda a un letrero que mi viejo colgó cuando yo era niño en la puerta de su tienda:<br /><span style="font-weight:bold;">Esta es una empresa sin fines de lucro <br />(no era nuestra intención inicial, pero…)</span><br />¿Por qué no gano lo mismo que <span style="font-weight:bold;">Ruiz Zafón</span> si ambos somos calvos y yo más alto y guapo? Misterios de la vida. Un día de estos me entrevistaré con Ruiz Zafón, a ver si salgo de dudas. Mejor no. A ver si resulta que es más alto que yo. <br />Mis compañeras llaman otra vez y por debajo de la puerta se cuela un aroma de cocido que despeina el suave vello animal del que debería estar recubierta mi alma, en el caso de que la tuviera. Digo que ya va y trato de salvar a la pelirroja, a punto de ser asesinada por novena vez. Casi lo consigo. Casi. Paciencia, sólo llevo catorce horas jugando sin parar, y Roma no se hizo en un día. Seguro que la compraron hecha. En cuanto llegue a las veinte horas lo dejo por hoy. Porque una cosa está clara: no voy a enviciarme. Les pido a mis compañeras que trituren mi ración de cocido y me la alcancen en un jarro, con una pajita. Dicen que estoy loco y que me quitarán la Nintendo. Cedo y salgo. ¿Has intentado comer cocido con una mano mientras salvas a una pelirroja a punto de morir aplastada por una para de pollo gigante? No lo intentes. O inténtalo si vives solo. Me encanta el cocido madrileño, pero cuando tus compañeras de piso te hacen tragar tu propio pañuelo negro por haber dejado perdido el salón, no tiene el mismo gusto. <br /><br /><span style="font-weight:bold;">Día 4:</span><br />Espío el blog de David Torres. Dice que ha superado el nivel 15 de Ghost Trick. Menos mal que llevo toda la noche encerrado en el baño jugando y sentado en el vater, porque me meo de risa. <br /><br /><span style="font-weight:bold;">Día 5:</span><br />¿Y si es cierto que David ha superado el nivel 15? No lo creo: es un tipo serio y no dedicará al juego más que una hora al día, mientras estudia ruso o checheno, o ve al mismo tiempo cinco películas de cine negro para luego poder vacilarnos. ¿Y Vanessa? Habla de regresiones y demás, pero no me lo trago: con toda la promoción del <span style="font-weight:bold;">Premio Ateneo de Sevilla</span>, no le quedará tiempo para jugar de verdad. Es lo bueno que tiene que todos los premios que me dan vayan acompañados de un diploma y una palmada en la espalda pero no lleven ni un duro de dotación: que me sobra tiempo para jugar. Y he salvado a la pelirroja de la pata de pollo gigante. ¡Toma ya! Se lo cuento al psicólogo que han contratado mis compañeras de piso para convencerme de dejar el juego. Él asiente y lo celebra. Creo. Porque con la mordaza que le he puesto en la boca y atado de pies y manos para que no intente quitarme la Nintendo, el discípulo de Freud no puede decir ni siquiera <span style="font-style:italic;">ahá</span> o <span style="font-style:italic;">hummm</span>.<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Día 6:</span><br />Me llama por teléfono el chico de Vanessa. Dice que si le hago un sitio en el sofá de casa, porque ella, atrapada por el juego, lleva días sin hablarle. Le digo que exagera, que los del Ghost Trick no es para tanto.<br />-De verdad, Carlos: en la última semana sólo he conseguido que me diga <span style="font-style:italic;">ahá</span> y <span style="font-style:italic;">hummm…</span><br />Le digo que pruebe con amordazarla y dice que no se atreve. Yo tampoco me atrevería. Insiste con lo del sofá y le cuento que no hay lugar: desde hace seis semanas están de visita diecinueve amigas de una compañera de piso griega que lleva seis meses sin vivir aquí. Cosas que pasan en Lavapiés. Pero que con lo mal que lo están pasando los griegos con el asunto de la crisis, no tenemos ánimo para echarlas. Cuelga sollozando y yo sonrío. Igual lo de pedir asilo era una treta de Vanessa para mandarlo a espiar mis progresos. Lo consulto con el psicólogo amarrado y me da la razón con el lenguaje que hemos inventado: un parpadeo quieren decir “sí” y cuarenta y ocho significan “no“. Intentaré aplicar ese método, mordaza incluida, la próxima vez que negocie con un editor.<br /><br /><span style="font-weight:bold;">Día 7:<br /></span>Ha llamado la novia de David. Dice que él no hace más que jugar con la Nintendo y hablar en armenio todo el tiempo. Le recomiendo que en un descuido le robe el cargador de la consola, así cuando se agoten las baterías tendrá que dejar de jugar. <br />-Ya lo hice, Carlos, pero el tío había tenido la precaución de comprar media docena de cargadores -dice ella -. Y por si fuera poco, se ha inventado un dispositivo conectado a una placa solar en el techo, por si yo cortaba la electricidad de la casa…<br />Le digo que tenga paciencia, que en la tele han anunciado nubosidad variable y cuelgo. Tipo listo, Torres. Lo de la placa solar no se me había ocurrido. Igual es cierto que ha superado el nivel 15. Maldita sea. Tengo que esmerarme. El detective fantasma es listo pero sin mi ayuda la chica de la coleta morirá otra vez, ahora por culpa de un mecanismo automático y extravagante que acaba con una vieja pistola disparando contra ella. Por cierto: he notado que todos los personajes masculinos del juego se quieren beneficiar a la chica. Como la vida misma. Desoigo las amenazas de mis compañeras y me concentro. La salvo. ¡La he salvado! Oigo trompetas triunfales pero creo que en realidad son sirenas. Por la ventana veo que una ambulancia se detiene ante nuestro portal. Bajan unos tipos fornidos, vestidos de blanco y llevan en las manos una curiosa chaqueta del mismo color, de las que se abrochan por la espalda. Abro la Otra ventana y trepo por la cañería, con la Nintendo en el bolsillo izquierdo de mi abrigo. No pienso dejarme atrapar: como todo el mundo sabe, el color blanco engorda una barbaridad. Llego al tejado y mientras huyo localizo varios puntos donde instalar placas solares cuando se vayan. No esperarán mucho: la ambulancia era de la Seguridad Social y con un poco de suerte se llevarán al psicólogo creyendo que soy yo. Con los pies encajados en las tejas del techo, sigo jugando. Lo importante, me digo, es que no me he enganchado con el juego. Cede una teja. Y otra. En cuanto salve a la pelirroja buscaré un lugar más seguro para esconderme, no sea cosa que acabe por ceder la útima teja y me cai…carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-91552834537011021232011-01-14T02:06:00.000-08:002011-01-14T02:07:13.385-08:00El Experimento Azul: día 1<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwWUBqOiNjjUGHt_p703epIAIgWWlxb6y3j2IbbtL4gMkKhZY-8XjKzEz7nvVGhaxXndgbGJQr821yP4OsB178zQgTA21ZID-r3VlU09fMRhxqPKEjhuWDCHvbcTkbkAE4uV2LdX2bSCs/s1600/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 196px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwWUBqOiNjjUGHt_p703epIAIgWWlxb6y3j2IbbtL4gMkKhZY-8XjKzEz7nvVGhaxXndgbGJQr821yP4OsB178zQgTA21ZID-r3VlU09fMRhxqPKEjhuWDCHvbcTkbkAE4uV2LdX2bSCs/s400/168139_1803400046896_1296697424_2144143_3378765_n.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5561979056105802786" /></a><br /><br /><br />Mamá siempre me decía que debía aprender a decir que no. Aquello tan maternal de <span style="font-style:italic;">“¿si tus amigos se tiran al río, también te vas a tirar?“</span> Y yo respondía que si era verano, o si alguien se estaba ahogando, o tenía mucho calor, igual sí me tiraba al río. Ella se daba por vencido y me miraba de esa manera. <br />El caso es que no aprendí a decir que no. Y menos a gente como <span style="font-weight:bold;">Fernando Marías</span>. Buen escritor. Buen tipo. Y con una mirada que no deja dudas: ha visionado incontables veces la saga de <span style="font-style:italic;">El Padrino</span>. Ustedes me entienden. <span style="font-style:italic;">Respeto</span>. No lo dice. No lo pide. Pero se lo das. Remember Luca Brasi. <br />El caso es que dije sí y durante días anduve zombi por Madrid preguntándome sobre el sentido de la vida, la existencia del alma humana y, sobre todo, qué diablos hacía yo metido en algo relacionado con un videojuego y una consola portátil. <br />Vamos, que no soy un neardental, llevo veinte años usando ordenadores y hasta tengo Facebook (me faltan amigos para igualar el millonario récord de Roberto Carlos, pero ya son dos mil y pico). Entre nosotros, soy un loco de los aparatitos. Existe un nombre inglés o japonés para eso, pero prefiero no saberlo. Es decir que la tecnología me es familiar. Pero nunca tuve una consola, ni portátil, ni doméstica o como se denominen. Ciertos escarceos, hace años, con juegos de PC, acaso porque en las redacciones de los diarios echas más horas que una veleta en Tarifa. Y poco más.<br />Y ahora Fernando me ha metido en <span style="font-weight:bold;">El Experimento Azul</span>, que recuerda a <span style="font-style:italic;">El Martillo Azul</span> de Ross Macdonald, y mac fue siempre para mí el hijo putativo más aventajado del imposible matrimonio entre Raymond Chandler y Dasshiell Hammett. <br />Además, están los otros.<br />No estaré sólo ante el peligro. Aunque el peligro igual son mis ¿compañeros?, ¿competidores?, ¿adversarios?. Vaya uno a saber. Y siempre lo sabes tarde.<br /><span style="font-weight:bold;">Vanessa Montfort</span> tiene pinta de tener en su casa media docena de consolas y cocinar al dictado del juego ése de cocina que hace un par de años estuve por comprarme pero desistí porque uno tiene una imagen que defender. Es asquerosamente joven, desalmadamente guapa y como toda pelirroja de casta, implacablemente lista. <br /><span style="font-weight:bold;">David Torres</span> no es tan joven. Tampoco es guapo. Para nada. Pero detrás de esa mirada capaz de acojonar a Joe Pesci-Nicky santoro en Casino, se esconde una computadora que baraja como naipes marcados miles de películas y novelas del género negro. Cada vez que hablo con él corro a casa para exprimir Wikipedia a ver si lo pillo en un fallo. En vano. <br />Con esa gente me tengo que enfrentar. Y con un juego de investigación llamado <span style="font-weight:bold;">Ghost Trick</span>. He aceptado el caso porque tengo el sí fácil. Y deberé dedicarle muchas horas (probablemente para aprender cómo se enciende la Nintendo DS, cuando me llegue). Mamá tenía razón. Otra vez me he tirado al río. Y sin saber nadar. <br /><br />******<br /><br />Hace dos días llegó el mensajero con el paquete. Yo sabía que contenía la consola portátil porque una escueta llamada telefónica de Fernando Marías me lo había advertido. El mensajero me miraba con sorna pero vi que el paquete no tenía ningún logo y salvé mi imagen asegurando que era un juguete erótico que había encargado por correo. No coló. El chaval me dijo que él también tenía una Nintendo DS y que el modelo nuevo permitía conectarse a internet. Se fue silbando un <span style="font-style:italic;">Fantasma en la máquina</span> de Police. Y me consolé pensando que cuando Police era Police, ese chaval no había nacido. No sé porqué, ese pensamiento, en lugar de confortarme, me deprimió un poquito.<br /><br />******<br /><br />Hoy es el día. Ya sé como se enciende la consola y hasta he comprobado, mediante un juego de entrenamiento cerebral, que mi edad mental es de 99 años. Para tapar la boca a mi madre, que siempre dice que mi edad mental es de cuatro años y medio. Toma ya. Si quiero me tiro al Manzanares. Mejor no. <br />Inicio el Ghost Trick convencido de que, para un escritor-lector como yo, que a los trece cambió los tebeos por <span style="font-style:italic;">Cosecha roja</span> y a los trece ya sentía nostalgia de <span style="font-style:italic;">El largo adiós</span>, esto estará chupado.<br />Hay un detective rubio y muerto, con pelo en cresta. Y una pelirroja con el pelo en cola de caballo, a la que matan y tengo que salvar. Yo soy el rubio de pelo en cresta, pero si estoy muerto, ¿cómo voy a salvarla? Aprendo rápido y me pregunto quién me mató y por qué. Tendré que dedicar a esto varias horas, en casa y con los postigos cerrados, para que no me vea ningún vecino. De llevarme la consola por ahí, ni soñarlo. No imagino a Bukowski dándole a la pantalla táctil con el lápiz, ni a Marlowe intentado salvar, mediante la combinación de objetos presentes en el escenario, a esta pelirroja cabeza loca que no hace más que meterse en líos. Paso el primer capítulo y doy la vuelta olímpica por casa. <br />¿Cómo les irá a los otros? Me conecto por wifi desde la consola y ni David ni Vanessa han colgado nada en sus blogs. Seguro que los malditos ya van por el nivel 4, por lo menos. <br />Suena el móvil. Es Torres. Me pregunta qué tal estoy y le digo que de maravillas. Espera que le hable del juego pero me hago el tonto hasta que pregunta. <br /><span style="font-style:italic;">Psé, es fácil</span>, le digo, <span style="font-style:italic;">ya voy por el nivel 9 y tiene su gracia. </span><br />Contiene la respiración y pregunta: <br /><span style="font-style:italic;">¿Nivel 9? </span><br /><span style="font-style:italic;">Sí</span>, le digo. <span style="font-style:italic;">Seguro que tú también andas por ahí. </span><br /><span style="font-style:italic;">Más o menos</span>, responde. Inventa una excusa y corta, imagino que para lanzarse al juego y avanzar. Sonrío hasta que me doy cuenta de que tengo que pasar el nivel 2 y no será nada fácil. Seguro que Vannessa sí va por el nivel 9. Hora de hacer la compra para que mi nevera no fallezca de inanición. Me pongo el abrigo largo de cuero y oculto la consola en el bolsillo en el que iría el arma, si llevara una. <br />A esta hora las colas en el súper son eternas y si escondo la Nintendo con los faldones del abrigo mientras espero que me cobren, seguro que logro avanzar otra pantalla y que mis compañeros de cola piensen que estoy viendo una porno. <br />Tengo que imagen que defender.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-50508896057803775952010-12-22T05:31:00.000-08:002010-12-22T05:31:04.421-08:00Matar y guardar la ropa: el huevo izquierdo del talento: La nueva novela de...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9RZ_D66hKcpsqaDA_RsGWDO3Qv_n-SFQg0oD69NLJ-RedWeGSlgz-FAwFoNdNk_IfXVoNYnD7Ui-eCQaYbsfr2VaqZ-ZSPPfK50Lxzeatv13I6EdydSBxg3HL5FEpAsRxmr5Vo1fHr5A/s1600/13364_1_Minombreesjamaica.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 234px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9RZ_D66hKcpsqaDA_RsGWDO3Qv_n-SFQg0oD69NLJ-RedWeGSlgz-FAwFoNdNk_IfXVoNYnD7Ui-eCQaYbsfr2VaqZ-ZSPPfK50Lxzeatv13I6EdydSBxg3HL5FEpAsRxmr5Vo1fHr5A/s400/13364_1_Minombreesjamaica.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5553497925967027330" /></a><br /><br /><br />El Centro Alberto Benveniste integrado en la École Pratique des Hautes Etudes (Universidad de La Sorbonne de París) tiene como misión incentivar la creación y la investigación sobre el mundo del judaísmo de la península ibérica, antes y despues de la expulsión de los judíos de España en 1492, en el campo de la lengua, de la cultura y de la historia.<br /> <br />Con tal propósito, el Centro entrega cada año el prestigioso "Premio Alberto Benveniste" a la mejor obra literaria, que aborde el universo judío sefaradí, publicada en Francia. El premio del año 2011, que será entregado el 17 enero en una ceremonia en la École Normale Superieure de París, ha sido atribuido, por unanimidad del jurado, a la novela de José Manuel Fajardo, Mi nombre es Jamaica, cuya edición francesa ha sido publicada por Éditions Métailié, y que fue editada en España por Seix Barral. <br />El Premio Alberto Benveniste ya fue entregado en 2004 a otro autor español, Antonio Muñoz Molina, por su novela Sefarad (editada en Francia por Éditions du Seuil).<br /><br /><span style="font-weight:bold;">(Una excelente novela de un escritor que siempre sabe fascinar a sus lectores. Si te vas a regalar algo BUENO estas Navidades, ya sabes :"Mi nombre es Jamaica", en Seix Barral. Y no sólo lo pienso yo. Si pinchas en el link, podrás leer la crítica que le dedica Rosa Montero en Babelia)</span><br /><br /><a href="http://www.elpais.com/articulo/portada/locura/mundo/elpepuculbab/20101204elpbabpor_29/Tes">http://www.elpais.com/articulo/portada/locura/mundo/elpepuculbab/20101204elpbabpor_29/Tes</a>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-72649607591843818802010-12-22T05:30:00.000-08:002010-12-22T05:30:49.992-08:00Matar y guardar la ropa: el huevo izquierdo del talento: La nueva novela de...<a href="http://mataryguardarlaropa.blogspot.com/2010/12/el-huevo-izquierdo-del-talento-la-nueva.html?spref=bl">Matar y guardar la ropa: el huevo izquierdo del talento: La nueva novela de...</a>: "el huevo izquierdo del talento: La nueva novela de José Manuel Fajardo gana el Pre...: 'El Centro Alberto Benveniste integrado en la École P..."carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-56415795243717472532010-12-20T07:00:00.001-08:002010-12-20T07:00:33.070-08:00Un regalito de Navidad<div><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgFZVrbWlN2lHJosWLiEXpN8voy3Y_QyzKmwE_oSZVdiyhQLxDV4YChu6YC5LoKCSgAfg0snAUIjlHN78v-mP70_nmppuvLnzVIRoKWYSMgGOEsqQrbDlvJGUv3EJzf3l1d_dWQJ8IR2-Y/s400/croppedimage380560-cubiertas-OTROTIPO-3-v5.jpg" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 271px; height: 400px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552766044949599762" /><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik4kDY9SQcTedtzmh8s2rHJ_NF79d6TBCzkBked1RGoVjlbKAH1sJu7BK_UXK8RJ5pweFMI6tr8WUP2fgHNVjXRI77OfZTlzScbc2q1YjWLFsEEEzn8SFDCvJrTtnDMhUMjqu-_4QJ8Pg/s400/jero_peter.jpg" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 268px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552769932455027394" /><div>El siguiente relato fue publicado hace unos meses en l</div><div>a revista <b>OTROTIPO</b>. Usé para inspirarme en los personajes de esta trama negra con ecos clásicos (y un poco de erotismo, que con este frío viene bien), a dos tipos que aprecio y admiro como escritores y como amigos: <b>Pedro de Paz</b> y Jerónimo Tristante. El policía se basa en Pedro, y El Lobo en Jero. Tarea difícil, ya que los dos dan más el timpo delincuentoide...</div><div>Las ilustraciones son del GRAN GRAN <b>Daviz del Reino</b>, alias El Arrugao.<br /><div><br /></div><div><br /></div><div><br /><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><b><span class="Apple-style-span">¿Quién mató al lobo feroz?</span></b></div><div><br /><br /></div><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB93q4C9g5VEVV-zlAp2bIEluuS9_36hz4I_6EoFp6IV3o87udkQwowBDgG6yu0xUNOJvakvNpa5dC7jRXJSus5cAmQf6Tob-G6Hw5XRSRBizgk_xitq7WM9nTlmhA5-toTXTuIoGrIHE/s400/Lobo+Feroz+1.jpg" style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 366px; height: 400px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552771788547068162" /><br /></div><div style="text-align: justify;">Avancé con el coche por el camino privado durante medio kilómetro y sólo entonces pude ver la mansión. Detrás, el parque natural que limita con la propiedad parecía pedir disculpas porque sus árboles no se veían tan pulcros como los de sus vecinos ricos. Las luces de todas las ventanas estaban encendidas y delante del porche conté tres coches. Ninguno oficial. Mejor, pensé. Me gusta llegar a la escena del crimen antes de que los de la Científica, envenenados con tanta serie de televisión, lo llenen todo de letreritos amarillos y sustancias pringosas. De algo tenía que servirme ser el único policía de Homicidios que sólo trabaja en el turno de noche.</div><div style="text-align: justify;">Toqué el timbre aunque la puerta estaba entornada y abrió “La abuelita”. Tenía que serlo: la llamada la había hecho una muchacha denunciando que intentaron matarla a ella y a su abuelita. Y la mujer que me observaba no tenía pinta de nieta. Tampoco de abuelita. Aparentaba treinta y pocos años y sólo vestía una corta bata de seda negra que se untaba en su cuerpo. Le mostré la credencial y traté de mirarla sólo a los ojos. Casi lo consigo.</div><div style="text-align: justify;">—¡Ha sido horrible! —dijo ella mientras me abrazaba— ¡Ha sido horrible!</div><div style="text-align: justify;">—Quisiera ver el lugar en el que ocurrió, por favor.</div><div style="text-align: justify;">La seguí por escaleras amplias y sin barandillas, mientras la bata negra bailaba delante de mis ojos. Para pensar en otra cosa, pregunté si el personal de servicio seguía en la casa. </div><div style="text-align: justify;">—Es martes, tienen día libre —me dijo como si esa información figurase en el BOE y yo estuviera obligado a saberlo. </div><div style="text-align: justify;">Seguimos por un ancho pasillo alfombrado hasta desembocar en dormitorio interminable. El suelo y techo eran blancos, revestidos de un material de apariencia suave. Los espejos que cubrían los muros extendían el espacio, y completaba el efecto la enorme cama blanca, en la que media docena de personas que se odiaran podrían dormir sin tocarse. Aunque no era eso lo primero en lo que uno pensaba al ver ese lecho. </div><div style="text-align: justify;">Y en el centro de la cama, estropeando tanta blancura, el cuerpo de Jerónimo El Lobo Tristante, desnudo y definitivamente muerto. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkwtc77Bjgdd_q7pGWS8hoAaYU0mBhAoPV7yw9DCDkJ_bj-zWhXN5JnjoKMm30xBwOmgDHZ0Xfly9Bmxvy2MamhcL5T9KXyCIkKJjR81RjmtR-KFMTozaAS1lPdQFckHFMjJqSRd1LyLQ/s1600/Lobo+Feroz+2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 357px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkwtc77Bjgdd_q7pGWS8hoAaYU0mBhAoPV7yw9DCDkJ_bj-zWhXN5JnjoKMm30xBwOmgDHZ0Xfly9Bmxvy2MamhcL5T9KXyCIkKJjR81RjmtR-KFMTozaAS1lPdQFckHFMjJqSRd1LyLQ/s400/Lobo+Feroz+2.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552772974207638946" /></a></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Avancé hacia él. Tenía los ojos azules abiertos como si no acabara de creerse que la fiesta había terminado. No soy forense, ni lo quiero ser, pero hubiera apostado una caja de balas de plata a que la causa del deceso había que buscarla en el tajo limpio que le cercenaba el cuello</div><div style="text-align: justify;">Detrás de mí, la Abuelita emitió un ruidito agudo. Giré y vi que caía hacia mis brazos, con los ojos cerrados. Di un paso al costado y la dejé completar la trayectoria, hasta quedar de bruces, medio cuerpo sobre la cama, la bata insuficiente y nada más debajo. Quedó inmóvil, con la respiración agitada. Me acerqué y tomé el pie de El Lobo, lo levanté y lo desplacé hasta que tocó el brazo de la Abuelita. Ella ronroneó, suponiendo que era mi piel lo que tocaba, pero de pronto comprendió, abrió los ojos y se le pasó el desmayo. Se sentó en el borde de la cama, lo más lejos posible del cadáver, y trató de cubrirse con la bata, que no estaba pensada para tal fin.</div><div style="text-align: justify;">—Tengo toda la noche para jueguecitos, señora —le dije mientras encendía un cigarrillo, aunque no había ceniceros a la vista —.Pero usted no. En quince minutos, llegarán mis compañeros. Y ellos sólo verán que tiene un muerto en su cama. Creo que le conviene contarme qué ocurrió.</div><div style="text-align: justify;">Presionó un botón invisible al costado de la cama y un panel se deslizó en silencio, dejando al descubierto un surtido de licores que hubiera provocado la envidia del barman de Los tres cerditos, el bar en el que El Lobo Tristante y yo solíamos cruzarnos como pasajeros de la noche. Comprendí lo que quería la Abuelita y deslicé la mano frente a las botellas, hasta que un gesto imperceptible de ella me indicó sus preferencias: ginebra Hendricks. Le serví un vaso generoso, con tres cubos de hielo y se lo alcancé. Sacudí la cabeza y me puse una buena ración de un bourbon importado. Al diablo con los tópicos sobre policías que no beben estando de servicio. Lo necesitaba: El Lobo estaba muerto sobre la cama y había sido mi amigo. O algo parecido.</div><div style="text-align: justify;">La Abuelita bebió un largo trago y empezó a hablar:</div><div style="text-align: justify;">—Ya lo explicó todo mi nieta cuando llamó a la policía: él entró con engaños, me violó e hizo lo mismo con ella. Luego intentó matarnos y…</div><div style="text-align: justify;">Saqué el móvil y empecé a marcar un número:</div><div style="text-align: justify;"> —¿Qué hace?</div><div style="text-align: justify;">—Llamo a los de la Científica para que traigan también a un informático Apostaría a que este tinglado erótico-tecnológico incluye por lo menos cuatro ocultas, y aunque hayan borrado la grabación, siempre se puede recuperar. ¿Lo sabía, señora? Vamos, que la violación habrá quedado registrada…</div><div style="text-align: justify;">Tomo un trago e hizo un gesto con la mano. Guardé el móvil en el bolsillo.</div><div style="text-align: justify;">—Tiene razón. inspector…</div><div style="text-align: justify;">—Puede llamarme Pedro.</div><div style="text-align: justify;">—No fue exactamente una violación. Llegó a eso de las siete preguntando por mi nieta. Ella había avisado que vendría a cenar un ex -profesor suyo.</div><div style="text-align: justify;"> —¿No le extrañó que su nieta tuviera un amigo cuarentón?</div><div style="text-align: justify;">Encajaba. Entre otras cosas, El Lobo Tristante era profesor de instituto. Aunque en comisaría muchos compañeros llevaban años intentando cargarle toda clase de delitos, la única actividad “ilegal” que le conocía era aprovechar la ausencia de ciertos policías para tener líos con sus mujeres. No sabía que le fueran las jovencitas, pero era típico en él intentar una función doble intergeneracional con la nieta y la abuela. Y más con una Abuelita como esa. </div><div style="text-align: justify;">Ella me contó que a poco de llegar el Lobo recibió un sms de su nieta advirtiendo que se retrasaría unas horas, y que en su papel de anfitriona le ofreció algo de beber y comenzaron a charlar.</div><div style="text-align: justify;"> —Era un hombre simpático —dijo—. No dejaba de bromear y contaba con gracia los chistes más groseros. Una cosa fue llevando a la otra y…</div><div style="text-align: justify;">Típico del Lobo. Las chicas de Los tres cerditos solían regalarle favores porque las hacía reír. A mí me lo hacían gratis porque yo era policía y también porque siempre estaba triste. Eso decían ellas. A Práctico, el mayor de los trillizos dueños del local, no le hacía gracia nuestra amistad, pero a las chicas les encantaba vernos llegar y siempre bromeaban con lo de Pedro y El Lobo.</div><div style="text-align: justify;">—Veo que la inmovilizó —comenté mirando las marcas en sus muñecas.</div><div style="text-align: justify;">—En realidad —se ruborizó la Abuelita— , eso fue parte del… juego. </div><div style="text-align: justify;">Distinguí, blancas ocultas en el blanco, las cuerdas de apariencia suave y firme que salían del cabecero y los extremos de la cama.</div><div style="text-align: justify;">—¿En qué momento el juego dejó de serlo, señora?</div><div style="text-align: justify;">—Faltaba mucho para que regresara mi nieta y él me dejó atada, “para que no te me escapes”, bromeó. Y preparó un par de daiquiris de frambuesa. Bebí un poco y me dormí. Supongo que me echó algo en la bebida… Desperté en quince minutos —señaló on la cabeza el reloj de números blancos que formaba parte del muro—, y escuché esos ruidos horribles: muebles volcados, disparos, rugidos y… los gritos desesperados de mi nieta. Luego me enteré de lo que había ocurrido y fue que…</div><div style="text-align: justify;">—Sólo lo que vio en persona —la corté— ¿Puedo hablar con su nieta?</div><div style="text-align: justify;">La Abuelita se puso de pie y la bata resbaló por su hombro izquierdo:</div><div style="text-align: justify;">—¿Es necesario hacerla revivir todo ese horror, inspector? Yo le estaría muy, muy agradecida si… </div><div style="text-align: justify;">Ejecutó un hábil movimiento con el hombro cubierto, que hizo deslizar la bata por su cuerpo y quedó desnuda. Giró exhibiendo el premio ofrecido a mi colaboración. Volví a preguntarme cuántos años tendría la Abuelita, porque sin ropa no parecían muchos más de treinta. Aproveché que seguía exhibiéndose para comprobar que no se apreciaban mordiscos en su piel. Levanté la bata del suelo alfombrado y se la alcancé.</div><div style="text-align: justify;">—Tal vez en otra ocasión, señora. Trataré a su nieta con delicadeza.</div><div style="text-align: justify;">Se resignó y me guió hasta la cocina. Por el camino desveló el misterio de su edad. No era la abuela carnal de la muchacha, sino la última mujer de su abuelo, un empresario valenciano fallecido cinco años antes. La chica vivía con ella desde la muerte en accidente de aviación de sus padres, agregó, y pensé que eran demasiadas muertes para una familia con tanto dinero. Puede que los ricos lloren, pero suelen vivir más que los pobres.</div><div style="text-align: justify;">En la cocina, cuya superficie triplicaba la de mi piso, nos esperaban la nietecita y un tipo con pinta de leñador ecologista o viceversa. El leñador resultó llamarse Antonio Leñador y era guardia en el parque nacional vecino a la finca. El salvador de las dos mujeres indefensas se miraba las manos como si buscara en ellas manchas de sangre que sólo él podía ver. Es normal que eso ocurra, la primera vez que matas a alguien.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto a la nietecita, no retuve su nombre irlandés, porque luego podría leerlo en el atestado, y porque desde la primera mirada supe que ella, para mí, se llamaría Caperucita.</div><div style="text-align: justify;">Las batas cortas de seda era un uniforme en esa casa, aunque la de Caperucita lucía color rojo brillante y no dejaba mucho a la imaginación. También era rojo su pelo cortado en melena y con raya al medio, hasta darle el aspecto de una capucha bermeja. Los ojos eran de un verde que debería estar prohibido y preferí pensar que era mayor de edad para no tener que denunciarme a mi mismo por los pensamientos que cruzaron mi cabeza.</div><div style="text-align: justify;">Hice salir a Leñador y Caperucita me habló de su amistad con el ex-profesor Tristante. Llevaba tiempo planeando presentárselo a su “Abuelita”, porque estaba muy sola y creyó que congeniarían. A mediodía había quedado a comer en el centro con El Lobo, como hacían una vez al mes, y él propuso realizar las presentaciones esa noche:</div><div style="text-align: justify;"> —No me di cuenta de que lo tenía todo planeado…</div><div style="text-align: justify;">—Sólo los hechos, por favor.</div><div style="text-align: justify;">—Perdone. Le expliqué que era el día libre del servicio y él dijo que mejor aún, para que todo fuera más informal. Se ofreció a cocinar para nosotras, era un chef de primera. Entonces, cuando ya había avisado a mi Abuelita que teníamos un invitado, él recordó que tenía que realizar unas gestiones urgentes </div><div style="text-align: justify;">y no le daría tiempo a comprar los ingredientes para la cena. Me convenció para que los comprara yo, y acepté aunque eso significaría retrasarme casi tres horas y dar un gran rodeo para volver a casa…</div><div style="text-align: justify;">—Pero llegó mucho antes de lo esperado.</div><div style="text-align: justify;">—Sí. No pensaba ir de mercado en mercado, como una maruja. Así que compré lo necesario para un aperitivo, hice que lo metieran en una cesta de pic nic, y el resto de los ingredientes los encargué por teléfono a una tienda de delicatessen, para que los trajeran hasta aquí. </div><div style="text-align: justify;">Sollozó y sentí ganas de consolarla.</div><div style="text-align: justify;"><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjx0XLFB8P2LNAlpET7IwACtqE-aCXke8F1yCo9PjgZgyOxEnIPx9ziuocTwg7m4nU18BOPsBtToVthyphenhyphenVngnVqqzLFmxdBnM-j59956dF1dfUPnHgx-sjYbUu4ZT0Nq9b-3oaEFiTlwu7E/s1600/Lobo+Feroz+3.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 328px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjx0XLFB8P2LNAlpET7IwACtqE-aCXke8F1yCo9PjgZgyOxEnIPx9ziuocTwg7m4nU18BOPsBtToVthyphenhyphenVngnVqqzLFmxdBnM-j59956dF1dfUPnHgx-sjYbUu4ZT0Nq9b-3oaEFiTlwu7E/s400/Lobo+Feroz+3.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552773749694720450" /></a><br />—Cuando llegué, me llamó la atención ver el coche de Jerónimo. En el salón había vasos y bebidas, pero ellos no estaban, así que pensé que…</div><div style="text-align: justify;">Se sonrojó, pero siguió:</div><div style="text-align: justify;">—Escuché ruidos en el estudio de Abu. Entré y lo vi, desnudo y fuera de si. Intentaba abrir la caja fuerte. Cuando me descubrió comenzó a zarandearme y me exigía que le diera la combinación. Le dije que no la conocía y me contó que había drogado a Abu para conseguirla, pero la serie de números que ella le dio no servía. Nunca lo había visto así, me amenazó con una pistola, me arrancó la ropa y me…, usted ya sabe lo que quiero decir.</div><div style="text-align: justify;">Me dije que además de daiquiris de frambuesa, el profesor pelirrojo se habría preparado un buen cóctel de pastillas azules, porque según las chicas de Los tres cerditos, ya no estaba para proezas eróticas. Caperucita narraba en tono monocorde todo lo que el Lobo le había hecho y tosí para interrumpirla:</div><div style="text-align: justify;">—Tengo que hacerle una pregunta delicada, pero necesaria, señorita: ¿El señor Tristante y usted habían intimado con anterioridad?</div><div style="text-align: justify;">Tardó en comprender pero luego contestó con naturalidad:</div><div style="text-align: justify;">—¿Qué si me lo había tirado? ¡Por supuesto! Cinco o seis veces, desde que acabé el instituto. Pero eso terminó hace mucho, mucho tiempo, más de dos meses… Ahora sólo éramos amigos.</div><div style="text-align: justify;">Sonreí: para las chicas como ella, dos meses eran “mucho, mucho tiempo”. Luego recordé que hay noches que se me hacen interminables y descarté la ironía. </div><div style="text-align: justify;">—Continúe, por favor.</div><div style="text-align: justify;">—Lo peor vino después. En lugar de calmarse, se enardeció. Dijo que nos mataría a las dos si no conseguía la combinación. Hizo varios disparos al aire y comenzó a rugir, parecía estar transformándose en… otra cosa. </div><div style="text-align: justify;">Se abrazó a mí y comenzó a llorar. La bata cayó por su hombro y lo inspeccioné repitiéndome que sólo lo hacía desde el punto de vista profesional. Subí la tela roja para cubrirla de modo que al hacerlo dejé al descubierto el otro hombro. Allí estaba: un mordisco profundo y reciente, que sin embargo parecía cicatrizar ante mis ojos. Le acomodé la bata y la consolé un poco más. </div><div style="text-align: justify;">— ¿Qué ocurrió después?</div><div style="text-align: justify;">— Escapé y me escondí en el laboratorio fotográfico de Abu, es su hobby, ¿sabe?, pero él pero me encontró. Ya no era el mismo: había crecido y le brotaba pelo rojizo por todo el cuerpo. Me asusté tanto que le arrojé una cubeta del líquido que se usa para revelar y empezó a quemarse, aullaba.</div><div style="text-align: justify;">Productos para revelar fotos. Sales de plata. </div><div style="text-align: justify;">—Salí corriendo al jardín, desnuda como estaba y fui hacia el Parque, porque sabía que la caseta de los guardas forestales estaba cerca. Él me siguió, tropezando, y traía la pistola en la mano. Por suerte Antonio apareció a tiempo, si no ya estaría muerta…</div><div style="text-align: justify;">Cuando terminó de narrar su versión, le recomendé no comentar con los otros policías, cuando llegaran, todo eso de transformaciones extrañas. Asintió obediente y fue a llamar a Leñador.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwsIxFCxnbj2Ah8cJJMoMGd7pv73wpITrRjaNqLOMqGp_G3bymF6a88DeWidgBlJypyoajNc3x12V72sRN6CaKRhmXB331Z-Yo5CD_rn2dEIYgtMNtmTp1xm1zqqA3MkwSR72CzDyjJhY/s1600/Lobo+Feroz+4.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 303px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwsIxFCxnbj2Ah8cJJMoMGd7pv73wpITrRjaNqLOMqGp_G3bymF6a88DeWidgBlJypyoajNc3x12V72sRN6CaKRhmXB331Z-Yo5CD_rn2dEIYgtMNtmTp1xm1zqqA3MkwSR72CzDyjJhY/s400/Lobo+Feroz+4.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552774387034569458" /></a><br /></div><div style="text-align: justify;">Ignoraba cómo había sido el carácter de ese muchachote de aspecto sano antes de esa noche, pero estaba seguro de que no volvería a ser el mismo. Hablaba como si le costara comprender lo que había visto y lo que había hecho. Su versión encajaba con la de Caperucita: anochecía cuando escuchó disparos en la mansión, se asomó para ver qué lo ocurría y vio llegar a la muchacha, desnuda y huyendo despavorida. Detrás, una enorme sombra rojiza que la seguía rugiendo y con un arma en la mano, garra o lo que fuera. No parecía humano. Leñador hizo lo que todo héroe en potencia, aferró el hacha y cuando El Lobo estuvo cerca, le cortó el cuello. Luego perdió la noción de los hechos, siguió golpeando y se desmayó.</div><div style="text-align: justify;">—Es extraño, señor Leñador —comenté cómo si hablara para mi mismo—. Su versión parece coherente por momentos, pero tiene aspectos un poco… psicotrópicos. </div><div style="text-align: justify;">Se derrumbó y admitió que solía aprovechar el anochecer para fumarse unos porros en contacto con la naturaleza. Cuando Caperucita y El Lobo llegaron, ya iba por el cuarto. Rogó que no lo comentara o perdería el trabajo, y le dije que contara con mi silencio, pero le aconsejé que podara de su historia los toques sobrenaturales cuando hablara con mis compañeros.</div><div style="text-align: justify;">Antes de marcharme, recorrí la casa. El cuarto de la chica era lujoso pero me sorprendió la variada biblioteca que cubría toda una pared. Revisé los líquidos en el laboratorio fotográfico de la Abuelita, y en el estudio hallé, entre muebles destrozados, las ropas de El Lobo y los jirones de lo que habría sido el vestido de Caperucita. La pistola, me contaron después, apareció cerca de la cabaña de Antonio Leñador.</div><div style="text-align: justify;">Cuando estaba por marcharme, la muchacha me detuvo:</div><div style="text-align: justify;">—Sé que Jerónimo quería robar y hasta matarnos, pero no comprendo por qué se transformó en esa bestia inhumana. Quiero saber ¿Me ayudará?</div><div style="text-align: justify;">La miré a los ojos y le pedí que me diera unas semanas para investigar. Le di el número de mi teléfono móvil y dijo que si la ayudaba a resolver el misterio me quedaría muy, muy agradecida. </div><div style="text-align: justify;">Al salir, mi coche casi choca con una furgoneta blanca que tenía la silueta de un chef pintada en los costados. Eran los de la tienda de delicatessen, preocupados porque habían confundido el camino y temían llegar tarde. Les dije que la fiesta, en cierto modo, acaba de comenzar. Detrás venían los patrulleros y el coche de los de la Científica. Pensé que los compañeros, esa noche, tendrían algo más que café recalentado y bocadillos rancios para acompañar la tarea.</div><div style="text-align: justify;"><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4_rlGCsskhUui-u9XzNr3kM3fAuyi9G7-Q4WW6dU7kFnvHSFDGqtSOgRKR-sM4uJNtj7qyqz4_Vy_g1fgQVvrV1FX2wCghVKNXkEXTZSd6nKkvx7a0Uoxp1lUa9-qSJvSLKt2O91b5vc/s1600/Lobo+Feroz+5.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 292px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4_rlGCsskhUui-u9XzNr3kM3fAuyi9G7-Q4WW6dU7kFnvHSFDGqtSOgRKR-sM4uJNtj7qyqz4_Vy_g1fgQVvrV1FX2wCghVKNXkEXTZSd6nKkvx7a0Uoxp1lUa9-qSJvSLKt2O91b5vc/s400/Lobo+Feroz+5.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552776241524783218" /></a><br /></div><div style="text-align: justify;">****</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Un mes más tarde Caperucita me llamó y le dije que había hallado una explicación para el misterio. Me citó en su casa, a las ocho. Intenté cambiar el lugar del encuentro pero ella dijo que podríamos hablar sin testigos, porque su Abuelita estaba de viaje. Después de colgar, comprobé sin necesidad el calendario sobre mi escritorio: era martes, el servicio tenía el día libre.</div><div style="text-align: justify;">Admito que estaba nervioso. Cuando trabajas por la noche, sueles perder la noción de los días y tuve la sensación de que sólo habían pasado unos minutos desde la muerte de El Lobo, en lugar de varias semanas. Tampoco ayudó demasiado que Caperucita me recibiera con la misma bata roja de seda que llevaba aquella noche. Me encogí de hombros: igual las tenía por docenas. </div><div style="text-align: justify;">Rogó que la disculpara por su atuendo, pero acababa de darse una ducha y le dije que no había nada que disculpar. Pasamos al salón y me ofreció de beber. </div><div style="text-align: justify;">—No estaría mal un daiquiri de frambuesa —dije.</div><div style="text-align: justify;">—No parece una bebida apropiada para usted, Pedro.</div><div style="text-align: justify;">—Tampoco le pegaba a El Lobo Tristante, pero mire por dónde…</div><div style="text-align: justify;">—No le caigo bien —dijo ella mientras preparaba los combinados—. Le parece inmoral que me acostara con mi profesor, ¿verdad? Pero es que siempre me gustaron los hombres maduros, como Jerónimo… o como usted. Creo que hay un dicho al respecto: la antigüedad es un grado, o algo así. </div><div style="text-align: justify;">Me dio mi copa y se sentó en el sofá, las piernas recogidas bajo la barbilla. La noche avanzaba en el gran ventanal y yo me sentí aún más inquieto. Sobre la mesa baja había tendido un mantel a cuadros rojos y blancos, y en el centro, una cesta de pic nic aguardaba su momento.</div><div style="text-align: justify;">Ella dejó su copa sobre la mesa, como si no se hubiera dado cuenta de que la bata ya casi no la vestía. El mordisco era una línea apenas visible en su hombro y la luna asomaba detrás de los árboles del parque. Empecé a sudar.</div><div style="text-align: justify;">—Supongo que ha venido por su recompensa, inspector De Paz. Y se la daré con gusto… aunque ya no necesito que me explique nada.</div><div style="text-align: justify;">Bebí un trago del daiquiri de frambuesa y me pregunté cómo podía gustarle eso a El Lobo.</div><div style="text-align: justify;">—Lo imaginaba, Caperucita. Pero los hombres de maduros tendemos a volvernos obsesivos y nos gusta terminar el trabajo, porque a menudo no tenemos más que eso. Mi trabajo es averiguar cosas y eso he hecho.</div><div style="text-align: justify;">—Por mí, no se prive —murmuró ella sin apartar los ojos del ventanal. </div><div style="text-align: justify;">—Sólo tengo una duda: ¿Por qué un plan tan complejo, no hubiera sido más sencillo provocar un accidente, como con sus padres?</div><div style="text-align: justify;">Ella se sobresaltó pero recuperó la compostura. Detrás de los árboles, la luna anunciaba su brillo blanco.</div><div style="text-align: justify;">—Hablamos por hablar —dijo—, no se puede demostrar nada. El mecánico que arregló el avión de papá se volvió ambicioso, quería más dinero y más… —con la mirada señaló su cuerpo y con una mano tiró de la cinta de seda que sostenía la bata. Ahora podía ver todo aquello de lo que el mecánico quería más. Y era mucho. Mi mano comenzó a temblar un poco. Me desnudé sin dejar de mirarla y Caperucita disfrutó de su victoria al ver el efecto que provocaba en mí. Pero en lugar de saltar sobre ella, como esperaba, tome mi copa de la mesa y volví a sentarme:</div><div style="text-align: justify;">—Así que para liquidar a su Abuelita optó por buscar un cómplice que no conociera todo su plan, sino sólo una parte.</div><div style="text-align: justify;">Bostezó y se estiró en el sofá. Estaba ganando tiempo y yo lo sabía, pero me costaba apartar los ojos de su cuerpo. La línea del mordisco en su hombro se volvió más oscura y parecía latir.</div><div style="text-align: justify;">—Jerónimo estaba loco por mí, le dije que con las joyas que guardaba Abu en la caja fuerte podríamos vivir para siempre en una isla paradisíaca…</div><div style="text-align: justify;">—Pero no le contó que planeaba matarla a ella, echarle la culpa, y simular que lo había asesinado en defensa propia… Aunque que las cosas no salieron como esperabas, Caperucita…</div><div style="text-align: justify;">Sonrió dulcemente. Como una niña perdida en el bosque:</div><div style="text-align: justify;">—Con el abuelo bastó una sobredosis de medicamentos, pero ahora era diferente. Y no pensé que Jerónimo fuera tan blando. Puso en la copa de Abu menos droga de la que le indiqué, por miedo a matarla. Y no logró arrancarle la combinación correcta de la caja fuerte. Si hubiera llegado a abrirla, todo resultaría más creíble. Aunque, en realidad, nunca planeé robar las joyas… ¿Para qué, si todo sería mío legalmente?</div><div style="text-align: justify;">—Pero cuando llegaste una hora y media antes, él descubrió tu plan…</div><div style="text-align: justify;">—Qué va. Estaba muy nervioso, decía que se hacía de noche, que tenía que huir… Me costó tranquilizarlo, pero recurrí al viejo truco horizontal, y cuando el viejo quedó exhausto, me disponía a liquidarlo, pero…</div><div style="text-align: justify;">—Pero ocurrió lo único que no esperabas.</div><div style="text-align: justify;">—¿No quiere su premio ahora, inspector Pedro de Paz? Pronto será tarde y me temo que usted ya lo sabe…</div><div style="text-align: justify;">—Puede. Pero como dijiste hace un mes, necesito saber. ¿Lo de Leñador fue una improvisación? Por que en ese caso, tu capacidad es admirable…</div><div style="text-align: justify;">—Me lo vengo tirando desde que tenía quince años y conozco sus costumbres. Por eso, cuando Jerónimo empezó a transformarse, huí hasta donde estaba él, porque mientras el tonto de Antonio se hacía el héroe y el otro lo mataba, tal vez yo podría escapar.</div><div style="text-align: justify;">—¿Y lo del líquido con sales de plata?</div><div style="text-align: justify;">—Pura casualidad. En ese momento, lo que yo menos podría imaginar era que Jerónimo…</div><div style="text-align: justify;">—Pero enseguida comprendiste. He visto tu biblioteca y sabes bastante de temas sobrenaturales… ¿De dónde sacaste el cuchillo de plata? Un hachazo sólo deja fuera de combate a un hombre lobo por unos minutos…</div><div style="text-align: justify;">Sonrió con dulzura y comenzó a ponerse de pie:</div><div style="text-align: justify;">—Ay, inspector. Se nota que viene usted de cuna humilde. En casas como ésta, toda la cubertería es de plata. Cuando entendí lo que pasaba, dejé sin sentido a Antonio de una pedrada, corrí hasta la cocina, busqué el cuchillo más grande y sólo tuve que repasar el tajo del hacha y adiós hombre-lobo. Ninguno de los dos se enteró de nada. El pobre Antonio quedó tan trastornado por haber matado a Jero, que está ingresado en un psiquiátrico. El mejor, desde luego. Me ocupé de que lo traten bien.</div><div style="text-align: justify;">—¿Tu Abuelita regresará viva de este viaje?</div><div style="text-align: justify;">—Desde luego. No soy tonta. Es un fastidio, pero tendré que dejar pasar un tiempo antes de ocuparme de ella. </div><div style="text-align: justify;">Bebí lo que quedaba de mi copa procurando no mirar hacia el ventanal el en el que la luna asomaba invicta sobre los árboles. La luna llena.</div><div style="text-align: justify;">—Tenías todo bajo control, salvo una cosa…</div><div style="text-align: justify;">—Sí. El mordisco. Cuando pude releer mis libros sobre el tema, todo fue sumar dos más dos. Al principio me asusté, pero luego empecé a esperar con impaciencia la próxima noche de luna llena. Que es esta.</div><div style="text-align: justify;">Se acercó al ventanal, estiró los brazos y las piernas y dejó que la luz de la luna bañara su cuerpo:</div><div style="text-align: justify;">—No se moleste en buscar en la cesta de pic nic, inspector. Esta vez no la usé para ocultar la pistola. Ya no necesito armas ni las armas pueden dañarme. Le advertí que cobrara su premio cuando aún tenía tiempo…</div><div style="text-align: justify;">—Lo haré —dije.</div><div style="text-align: justify;">Supongo que fue mi voz, repentinamente ronca, lo que la alertó. Se volvió,recortada por la luna. Me miró sorprendida.</div><div style="text-align: justify;">—Tenías razón sobre el dicho, Caperucita: la antigüedad es un grado. Y no sólo para los hombres. También para los hombres-lobo. Y las mujeres-lobo.</div><div style="text-align: justify;">En más de treinta años de licántropo, fue la única vez en que no me dolió la transformación. Ella sacudió la cabeza tratando de comprender y estuve a punto de explicarle que la primera vez que te transformas después del mordisco inicial, el proceso tarda varias horas. Pero no le dije nada porque de mi garganta ya no salían palabras, sólo rugidos. Me vi reflejado en el ventanal, cubierto del pelaje renegrido que tanta gracia le causaba a Jerónimo, y pensé vagamente en aquella noche en que nos conocimos, en Los tres cerditos, durante una reunión de Licántropos Anónimos, y en el apoyo mutuo que nos habíamos brindando durante años para vencer nuestra adicción. Pensé también en que todo ese esfuerzo se había ido al garete por culpa de esa niñata que ahora temblaba de terror, y en que el mal no es exclusivo de los que padecemos una maldición. Después no pensé en nada, porque todo fue rojo y desgarro. y muerte.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8bhQiQv2xqsj0BnMf1g5lF8MJnH-yxH7ThM18Ub0IVbndMwkK3VPcNcJGFBPxdJlBOFNxDl5ja0-TartatHexaeOASaCaOFEhj3SbEA2Fg7ZFONCyRRaaVLnotwqwDpzwQmub7OipTCU/s1600/Lobo+Feroz+6.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 338px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg8bhQiQv2xqsj0BnMf1g5lF8MJnH-yxH7ThM18Ub0IVbndMwkK3VPcNcJGFBPxdJlBOFNxDl5ja0-TartatHexaeOASaCaOFEhj3SbEA2Fg7ZFONCyRRaaVLnotwqwDpzwQmub7OipTCU/s400/Lobo+Feroz+6.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552778241640196098" /></a><br />Con un débil vestigio de conciencia logré frenar mi impulso de huir al bosque cuando todo acabó. Sabía que ella habría tomado los recaudos para que nadie viniera a la casa hasta el día siguiente.</div><div style="text-align: justify;">Así que me dormí a su lado y desperté al amanecer, evitando mirar en qué se había convertido la dulce Caperucita. Me di una larga ducha para quitarme su sangre y al volver a vestirme me sentí limpio y satisfecho.</div><div style="text-align: justify;">Antes de marcharme desconecté los discos duros del sistema de cámaras y me los llevé conmigo.</div><div style="text-align: justify;">Mientras me alejaba por la autovía me prometí volver pronto para consolar a la Abuelita. Pero lo haría de día.</div><div style="text-align: justify;"> Y tal vez dentro de dos meses, un martes de luna llena, le haría una visita nocturna.</div><div style="text-align: justify;">Aunque quién sabe: como decía Caperucita, dos meses es mucho, mucho tiempo. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Carlos Salem</div><div style="text-align: justify;"><br /></div></div></div>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-43663631764212582872010-12-20T06:59:00.000-08:002010-12-20T06:59:21.480-08:00el huevo izquierdo del talento: Un regalito de Navidad<a href="http://elhuevoizquierdodeltalento.blogspot.com/2010/12/un-regalito-de-navidad.html?spref=bl">el huevo izquierdo del talento: Un regalito de Navidad</a>: "El siguiente relato fue publicado hace unos meses en la revista OTROTIPO. Usé para inspirarme en los personajes de esta trama negra con ecos..."carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-81808005887594000792010-12-20T03:30:00.001-08:002010-12-20T03:30:18.165-08:00Dos "vacunas" contra la fiebre navideña<div style="text-align: center; ">Se vienen las fiestas con su habitual carga de encuentros, brindis, sobrinos molestos, cuñados asesinables, cuñadas deseables e inaccesibles, tías solteronas y discusiones políticas a ambos lados de trincheras de lombarda.</div><div style="text-align: center; ">Nada podemos hacer contra la crisis económica, pero sí proporcionarte un antídoto previo contra esta enfermedad sobre la cual la OMS calla cobardemente y ni siquiera Wikileaks se atreve a publicar ni un tímido sms.</div><div style="text-align: center; "><br /></div><div><div style="text-align: center; ">El tratamiento se aplica en dos dosis:</div><div style="text-align: center; "><b>El martes 21 y el miércoles 22 de diciembre, en Diablos Azules,</b></div><div style="text-align: center; ">(Apodaca, 6 - Metros Tribunal y Bilbao)</div><div style="text-align: center; ">con sus respectivas jam session de poesía minificción.</div><div style="text-align: center; "><br /></div><div style="text-align: center; ">A las dos tomas puedes acudir con tus poemas (3 máximo, el martes) y tus microrrelatos (no más de 3 folios en total, el miércoles)</div><div style="text-align: center; ">Y no es necesario venir en ayunas.</div><div style="text-align: center; "><br /></div><div style="text-align: center; ">Para reforzar el efecto de la medicación, ambos días contaremos con la presencia de especialistas.</div><div style="text-align: center; ">Así que ya sabes: si no quieres que esta fiestas te aruinen la fiesta,</div><div style="text-align: center; "><b>te esperamos a partir de las 21.00 horas.</b></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhufb7xDtLxXeW6ZVipCKqQu4urUUpQoEQtD6nwA0z6W3WusW-cX5wTwc8cf87sy0t9nz6eExTIvme-znWfY6SsLTt5gdn0j5t2CxZ952Upz24E6tE0yeW78RWMqbuuyV59m0AyqN1oZV8/s1600/JAM+LUNA+miguel.jpg"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhufb7xDtLxXeW6ZVipCKqQu4urUUpQoEQtD6nwA0z6W3WusW-cX5wTwc8cf87sy0t9nz6eExTIvme-znWfY6SsLTt5gdn0j5t2CxZ952Upz24E6tE0yeW78RWMqbuuyV59m0AyqN1oZV8/s400/JAM+LUNA+miguel.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552699410339644610" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 291px; height: 400px; " /></a><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><span class="Apple-style-span"><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px; "><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><b>Luna Miguel </b>nació el 6 de noviembre de 1990. Estudia Periodismo en la URJC. Trabaja como lectora editorial, como columnista en el diario Público desde agosto de 2009 y ha colaborado en medios como ACL Radio y La Voz de Almería y en revistas como Quimera, Vice, Shandy, Madriz, y Koult.</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">Sus poemas, traducidos al inglés, francés, portugués y ruso, han aparecido desde 2001 en algunos espacios, entre ellos: Salamandria, El coloquio de los perros, Los Noveles, Espacio Luke, El maquinista de la generación, 3AM Magazine, The Srcrambler, o La bolsa de pipas.</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">Ha sido antologada en las publicaciones El Jaiku en España (Hiperión, 2003), La casa del poeta (Sloper, 2007), Y para qué (+) poetas (Eppur, 2010), Pájaros raíces, en torno a José Ángel Valente (Adaba 2010), y Almanaque poético. 12 poetas para un año. (El Gaviero Ediciones, 2010).</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">Es autora de los cuadernos Menú de sombras (Banderines Zaguán, 2006), Síntomas (La Bella Varsovia, 2008), Proceso (Vitolas Anaïs, 2009), y Cruzo un desierto (CAIN, 2010).</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">También ha publicado los poemarios Estar enfermo (La Bella Varsovia, 2010) y Poetry is not dead (DVD Ediciones, 2010); y la micro novela Exhumación (Alpha Decay, 2010) coescrita con Antonio J. Rodríguez.</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">Ha prologado los diarios de Félix Francisco Casanova Yo hubiera o hubiese amado (Demipage, 2010) y dirije la edición de la antología Las Hermanas de Monelle en la que participarán las poetas Ruth Llana, Marta Echaves, Laura Rosal y Marina Ramón-Borja con un prólogo de la autora argentina Natalia Litvinova.</div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; ">En 2010 ha sido galardonada con el Premio Andalucía Joven en la modalidad de Arte como un reconocimiento a su breve trayectoria literaria y profesional.</div></span></span></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; line-height: 18px; "><span class="Apple-style-span"><br /></span></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; line-height: 18px; "><a href="http://lunamiguel.blogspot.com/"><span class="Apple-style-span">http://lunamiguel.blogspot.com/</span></a></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 13px; line-height: 18px; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 13px; line-height: 18px; "><br /></div><div align="JUSTIFY" style="margin-bottom: 0cm; font-family: Georgia, Utopia, 'Palatino Linotype', Palatino, serif; font-size: 13px; line-height: 18px; "><a href="http://lunamiguel.blogspot.com/"></a>.</div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyI0rJPj3b4zkTzCtv6DkCpSmphhPZpX6OGKMDmxAsIZpEWuC5h0c9Y1seCg4mbHkTtisjd8UZJKGETrTZTuQyE_sPtNwem5pKvrj-BMZHu4eyINqTjCV9b767ARzo3-2f67r2Jr6rr58/s1600/cartel+jaM+espada.jpg"><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyI0rJPj3b4zkTzCtv6DkCpSmphhPZpX6OGKMDmxAsIZpEWuC5h0c9Y1seCg4mbHkTtisjd8UZJKGETrTZTuQyE_sPtNwem5pKvrj-BMZHu4eyINqTjCV9b767ARzo3-2f67r2Jr6rr58/s400/cartel+jaM+espada.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5552699298676799698" style="display: block; margin-top: 0px; margin-right: auto; margin-bottom: 10px; margin-left: auto; text-align: center; cursor: pointer; width: 296px; height: 400px; " /></a><br /><div><span class="Apple-style-span"><b>Manuel Espada</b> (Salamanca, 1974), es Licenciado en Periodismo y Máster por RNE.</span></div><div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Lleva doce años trabajando como guionista en diversos programas y series de RNE, TVE, Antena 3, Telemadrid y Telecinco.</span></div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">También ha escrito el cortometraje “El tercer día”, y la obra de teatro del mismo nombre.</span></div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Ha ganado el premio de micros Relatos en Cadena de la SER, el Premio Internacional Lenteja de Oro de la Armuña, el Premio Villa de Ermua, el Villa de Alcorisa y el de la editorial Grupobuho, gracias al cuál pudo publicar su primer libro de relatos “El desguace”.</span></div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Recientemente ha publicado el libro de relatos “Fuera de temario” con Editores Policarbonados y en breve publicará un libro de micros titulado “Zoom. Ciento y pico novelas a escala”, con la editorial Paréntesis.</span></div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span">Habitualmente escribe en su blog “La espada oxidada”.</span></div><div class="GBThreadMessageRow_Body_Content" style="text-align: justify; "><span class="Apple-style-span" style="font-size: small; ">(<a href="http://www.manuespada.blogspot.com/" rel="nofollow" target="_blank" style="cursor: pointer; text-decoration: none; ">www.manuespada.blogspot.com</a>)</span></div></div></div></div>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-29677411130734484392010-12-14T04:17:00.001-08:002010-12-14T04:17:49.329-08:00En "Un idioma sin fronteras", RNE<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZbDG-FeYrQZ3MH_VZrG67M2-uNYntuRhJvnYD6GRJ9ubxhVWf7NuOxgNGxI_bhbzhqX-YabtznskdfNaQANQOfIA6ZEPUtc62851WlMbLrl4Zs2-EQTD3uSncGBYrF1rtI0mJRxEGQjQ/s1600/fotos+MOVIL+023.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 132px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZbDG-FeYrQZ3MH_VZrG67M2-uNYntuRhJvnYD6GRJ9ubxhVWf7NuOxgNGxI_bhbzhqX-YabtznskdfNaQANQOfIA6ZEPUtc62851WlMbLrl4Zs2-EQTD3uSncGBYrF1rtI0mJRxEGQjQ/s200/fotos+MOVIL+023.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5550510737632323058" /></a><img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKL-_XpUkod_Lz13WJevEQfizttjacjte1Qd4uqRZksl6KpVR70HML7Zerdp26wNgM9d32_AMPorewmrm3hLCYezrxXO0qY9MUc4DStqcakjNqpyy1C60OeGzwlg5i3bgL2GtyRzK075M/s200/9782742792467+%25281%2529.jpg" style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 124px; height: 200px;" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5550510511712132706" /><br /><br /><p style="font:bold 23px/24px arial, sans-serif;letter-spacing:-0.5px;color:#333333;margin:4px 0 5px;"> <a href="http://www.rtve.es/mediateca/audios/20101214/carlos-salem-premio-paris-noir-novela-negra--idioma-sin-fronteras/963094.shtml">Carlos Salem, Premio Paris Noir de novela negra. . (Un idioma sin fronteras)</a><br /><object id="RTVEPlayer" data="http://www.rtve.es/swf/v2/RTVEPlayer.swf?assetID=963094_es_audios&location=embed" width="425" height="45"> <param name="movie" value="http://www.rtve.es/swf/v2/RTVEPlayer.swf?assetID=963094_es_audios&location=embed"> <param name="wmode" value="opaque"> <param name="allowFullScreen" value="true"> <param name="allowScriptAccess" value="always"> </object></p>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-6606394617586659832010-12-09T03:51:00.001-08:002010-12-09T03:51:19.868-08:00En directo y en diferido<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh2unz3bDxqbmI2-plHGlIc6KMq8Iq7FA3DNIRS_IbrO_FRRlR_btlwAwvqLrHu2M5a06ScYbKf679fXHgnugSnLwS1y1RKxCMSVI_vXthmWnPXtWiWvDyfpnjC1ZFJJmppgnL_BFKrhc/s1600/JAM+MELLINI.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 275px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjh2unz3bDxqbmI2-plHGlIc6KMq8Iq7FA3DNIRS_IbrO_FRRlR_btlwAwvqLrHu2M5a06ScYbKf679fXHgnugSnLwS1y1RKxCMSVI_vXthmWnPXtWiWvDyfpnjC1ZFJJmppgnL_BFKrhc/s400/JAM+MELLINI.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5548648280317879298" /></a><br /><br />Si te gusta escribir o leer microrrelatos, ven el miércoles 15 a Diablos azules. EL TAMAÑO SI QUE IMPORTA. Participa en los concursos de imporvissación, leer tus relatos y disfruta del Narrado Invitado. Esta semana: NICOLAS MELINI<br /><br />(Y si vives fuera de Madrid y no puedes venir, envías tus minificciones a siqueimporta@gmail.com, que las leeremos en directo.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-68210306624246912112010-11-12T23:43:00.001-08:002010-11-12T23:43:40.868-08:00Premio "París Noir" de Novela para "Nager sans se mouiller" ("Matar y guardar la ropa" en francés)<object style="background-image:url(http://i1.ytimg.com/vi/TzzmbKyMZEw/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/TzzmbKyMZEw?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/TzzmbKyMZEw?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object><br />El jurado del Festival Europeo de Novela y Cine Negro "París Noir", formado por Catherine DIRAN (écrivain, directrice littéraire Paris Noir); Nathalie BEUNAT ( éditrice);Herve DELOUCHE (813); Stephane ALLEGRET (journaliste et scénariste); Marc FERNANDEZ (écrivain et journaliste), decidió anoche en París otorgar el premio a la mejor novela negra a "Nager sans se mouiller", versión francesa de "Matar y guardar la ropa", editada en Francia por Actes Sud.<br /><br />El vídeo lo debo a la cortesía de mi amigo Sebastién Rutés. Al verlo creo que deberían haberme dado el premio a la peor pronunciación en francés de la Historia...<br /><br /><br />GRACIAS A TODOS LOS AMIGOS QUE PASARON ESTOS DÍAS CON LOS DEDOS CRUZADOS!!!!carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-61835125212817817572010-11-12T23:43:00.000-08:002010-11-12T23:43:15.852-08:00Premio "París Noir" de Novela para "Nager sans se mouiller" ("Matar y guardar la ropa" en francés)<object style="background-image:url(http://i1.ytimg.com/vi/TzzmbKyMZEw/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/TzzmbKyMZEw?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/TzzmbKyMZEw?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object><br /><br />El jurado del Festival Europeo de Novela y Cine Negro "París Noir", formado por Catherine DIRAN (écrivain, directrice littéraire Paris Noir); Nathalie BEUNAT ( éditrice);Herve DELOUCHE (813); Stephane ALLEGRET (journaliste et scénariste); Marc FERNANDEZ (écrivain et journaliste), decidió anoche en París otorgar el premio a la mejor novela negra a "Nager sans se mouiller", versión francesa de "Matar y guardar la ropa", editada en Francia por Actes Sud.<br /><br />El vídeo lo debo a la cortesía de mi amigo Sebastién Rutés. Al verlo creo que deberían haberme dado el premio a la peor pronunciación en francés de la Historia...<br /><br /><br />GRACIAS A TODOS LOS AMIGOS QUE PASARON ESTOS DÍAS CON LOS DEDOS CRUZADOS!!!!carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-67414001233777435692010-11-05T07:28:00.001-07:002010-11-05T07:28:17.012-07:00Yo pienso de que: El arte de esquilar ovejasParadojas de la moderna vida ibérica: mientras faltan sólo unas semanas para que entre en vigor una nueva ley anti-tabaco que prohibirá fumar hasta bajo el agua, los que se arrogan el derecho a pensar por nosotros nos ahogan con sucesivas cortinas de humo. Fumadores pasivos de esos puros mediáticos (o como coño se diga), tenemos que tragar. “Porque si no tragas te pones en contra a las corrientes de opinión pre-cocinada y ya sabes cómo te puede ir”. Así me lo han dicho unos cuántos en estos días.<br />Pues no trago. <br />Esta vez no.<br />El escándalo montado en torno a una frase contenida en un libro en el que Fernando Sánchez Dragó y Albert Boadella narraban batallitas, se aviva artificialmente con peticiones para que intervenga el Defensor del Menor, y a este paso acabarán solicitando castración o cosas peores (si es que existen), en nombre de una supuesta protección de la infancia. <br />Se marea la perdiz (¿cómo sabrá una perdiz mareada, debo escribirle a Ferrán Adriá, que seguro que lo probado en su laboratorio) para que no pensemos en lo que se viene, en lo que ya está aquí, en el hecho de que ni los que están ni los que quieren estar tienen la menor idea de los pasos a seguir para sacarnos de la crisis. <br />No hace mucho, cuando el garrulo del alcalde de Valladolid dijo lo que dijo sobre Leire Pajín, tuvo su justo merecido…, durante los dos primeros días. El resto, todo lo que siguió y sigue, es cortina de humo. Como lo de los apellidos y el lugar de colocación, en un país en el que siguen muriendo mujeres según la asquerosa costumbre de la maté porque era mía. Como lo que se inventarán unos y otros pasado mañana, cuando ya no se pueda seguir ordeñando la teta del “caso Dragó” (es una metáfora, pobre pero metáfora, ¿eh?); como todos esos fueguitos de madera mojada que se encienden para distraernos de la aterradora verdad: aquí, si nos descuidamos, teminará gobernando Belén Esteban, si es que no gobierna ya, en cierto modo.<br />¿Quiere esto decir que estoy a favor de la descalificación machista de ministras o de las relaciones sexuales con menores de edad? Pues no, no estoy a favor, pero si achinamos los ojos y miramos entre el humo, veremos a un puñado de tecnócratas que consultan el manual sobre El arte de esquilar ovejas, mientras van echando leña verde al fuego de la tontería general. <br />Y en el caso de Sánchez Dragó, detrás de los vendedores de humo, los cazadores de brujas recargan sus mecheros. <br />El escritor ya ha declarado que lo que dice en el libro no ocurrió, que se dejó llevar por el calor de la charla y por el juego con Boadella a ver quién tenía la vida más larga y más golfa. De alguna manera se buscó el primer escándalo (ya sabes en qué país vives, Fernando), aunque los supuestos hechos ocurrieran en 1967. Pero lo que ha seguido después es humo de otra hoguera, que tiene como combustible esa profunda vocación futbolera con que entendemos la política. <br />Hay mucha gente a la que el escritor le cae mal, porque no sabe pasar inadvertido ni callarse la boca. <br />También hay mucha gente a la que le cae bien, por los mismos motivos. <br />Ambos grupos merecen mis respetos. A los que no entiendo es a los autómatas del pensamiento, que gritan a favor o en contra según su color (¿?) político, porque sospecho que si el protagonista del follón hubiera sido otro, otra sería su reacción.<br />Lo que aquí se cuestiona es la libertad para fabular, decir y, si me apuran, pensar lo que a uno le salga de las meninges. Muchas de las grandes obras de la literatura no podrían escribirse hoy sin exponerse el autor a la pública lapidación a cargo de l@s adalides y adalidas de la corrección política, l@s mism@s que miran hacia otro lado cuando escuchan gritos en la casa del vecino. En Facebook y otras hamburgueserías del pensamiento se multiplican los grupos y las quejas sobre una trola literaria de un escritor que desayuna cada mañana con la controversia, mientras hace unos mese Save the Children informaba que los españoles estamos en el Top Ten del turismo sexual con menores. Y eso ocurre en 2010, no en una anécdota ficticia fechada hace 43 años. <br />En la actualidad, el leñador que se carga al lobo en Caperucita roja sería acusado de brutalidad con los animales, Alí Babá denunciado por los cuarenta ladrones por escuchas ilegales (remember Garzón), y el tal Héctor Oliveira, jugador de Rayuela, iría al talego por omisión de socorro en París para con un niño llamado Rocamadour. <br />Y más de uno aplaudiría esas medidas ejemplares, comentando que ya era hora de que alguien pusiera freno a esos modernos bufones, los escritores; para luego proponer el empalamiento del vecino de 4º izquierda, por no reciclar correctamente la basura. Y es que, como revela el estribillo de una canción del grupo argentino Bersuit Bergarabat, “no hay nada menos ecológico que un infeliz”. <br />En fin, que siga el circo. <br />Y mientras tanto, los cazadores de brujas afilan sus estacas.<br />Porque después de los brujos, llegará el turno de las ovejas. <br /><br />Carlos Salemcarlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-27518733714420524872010-11-03T04:22:00.000-07:002010-11-03T04:22:07.564-07:00RAYUELA 5 NOVIEMBRE<object style="background-image:url(http://i1.ytimg.com/vi/Xisfi9MPkaA/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/Xisfi9MPkaA?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/Xisfi9MPkaA?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object><br /><br />El viernes comienza en DIABLOS AZULES (Apodaca, 6) <br />el único programa de radio que no sale en antena ni internet, <br />una revista literaria sin papel si web... <br /><br /><span style="font-weight:bold;">MOTEL RAYUELA (Albergue Transitorio Literario</span>), <br /><br />presentado por Marcelo Luján y Carlos Salem. <br /><br />Invitados de lujo para la primera emisión que no se emitirá por sintonía alguna: <br /><br />SEBASTIAN ABAD y RODRIGO GALARZA. <br /><br />21.00 HORAS.carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-86705136591941827892010-10-28T15:23:00.000-07:002010-10-28T15:23:56.687-07:00Poesía Baretera, Carlos Salem en Perfopoesía 2010Presentación de Mermorias Circulares del hombre-peonza en el Festival Perfopoesía 2010 (Sevilla) (Esta noche, viernes 29 de octubre, a las 21,30 en Tapas & Fotos, Doctor Piga, 7, Metro Lavapiés<br /><br /><br /><object style="background-image:url(http://i1.ytimg.com/vi/8nk9MKMSVRo/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/8nk9MKMSVRo?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/8nk9MKMSVRo?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-65418307682646398962010-10-26T01:01:00.000-07:002010-10-26T01:01:37.810-07:00Presentación en Lavapiés del poemario "Memorias circulares del hombre-peonza"El viernes 29 de octubre,<br />a las 21.30 horas en <br />TAPAS Y FOTOS, <br />(Calle Doctor Piga, 7, Metro Lavapiés), <br /><br />presento mi nuevo libro de poemas <br />"Memorias circulares del hombre-peonza" <br />(editorial Ya lo dijo Casimiro Parker), <br /><br />que cierra la trilogía "Poemas al otro lado de la barra". <br /><br />Te espero <br />Gracias.<br /><br /><br /><object style="background-image:url(http://i2.ytimg.com/vi/1HGd1H1TQUc/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/1HGd1H1TQUc?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/1HGd1H1TQUc?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4875965043270859073.post-26689693182084654392010-09-28T03:07:00.000-07:002010-09-28T03:08:00.385-07:00El viernes, en Barcelona...<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOqbrJGqg85l0AgeE6vrSy1ZpisWkvhceiq8ckeOll_O2k0E6LIgPsbZeYs01IVvPfjSo4b2_bdloT7etl1hxdkAZnapUmJf_cGl5JCfRzZCl0jjPV0VsMaio2YCsPrfXUauwFHBWeA2w/s1600/bondi.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 271px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOqbrJGqg85l0AgeE6vrSy1ZpisWkvhceiq8ckeOll_O2k0E6LIgPsbZeYs01IVvPfjSo4b2_bdloT7etl1hxdkAZnapUmJf_cGl5JCfRzZCl0jjPV0VsMaio2YCsPrfXUauwFHBWeA2w/s400/bondi.jpg" border="0" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5521902846806078514" /></a><br /><br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguJZsv4hYwltceIWEnsyy0UAa0MgSsZDCuytmbX_E_Bk07w42d4N7Yr9Wq6N2yIvkuLgmqKTOe0J5bkSpzlKfbkvPkXq3Up2MFjzwHDANYsFmd_yGJN2uxGO5fI127wfgMoUSU7B4XLCg/s1600/SALEM+BARCELONA.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 282px; height: 400px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguJZsv4hYwltceIWEnsyy0UAa0MgSsZDCuytmbX_E_Bk07w42d4N7Yr9Wq6N2yIvkuLgmqKTOe0J5bkSpzlKfbkvPkXq3Up2MFjzwHDANYsFmd_yGJN2uxGO5fI127wfgMoUSU7B4XLCg/s400/SALEM+BARCELONA.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5521903264335933618" /></a><br /><br /><br /><br /><object style="background-image:url(http://i2.ytimg.com/vi/IthmoCLTCGo/hqdefault.jpg)" width="425" height="344"><param name="movie" value="http://www.youtube.com/v/IthmoCLTCGo?fs=1&hl=es_ES"><param name="allowFullScreen" value="true"><param name="allowscriptaccess" value="always"><embed src="http://www.youtube.com/v/IthmoCLTCGo?fs=1&hl=es_ES" width="425" height="344" allowScriptAccess="never" allowFullScreen="true" wmode="transparent" type="application/x-shockwave-flash"></embed></object>carlos salemhttp://www.blogger.com/profile/05192151587161449616noreply@blogger.com0